Simbologías del empaste, endodoncia, extracción… Toma de conciencia.
Hacer sí… con conciencia
Comienzo con esta pequeña introducción para recordarte que, a grandes rasgos, los dientes se relacionan con los conflictos de atrapar el pedazo y de no poder morder (atacar o defenderme). Es tanta la información que hay sobre dientes, encías, su relación con los órganos, etc, y toda ella tan relevante y de sumo interés, que he resuelto desmenuzarla e ingresarla en cinco extensos artículos. A saber:
- Dientes: Posición e Interpretación – Conflictos Biológicos de la Boca (Parte 1)
- Relación entre Dientes y Órganos – Conflictos Biológicos de la Boca (Parte 2)
- Gingivitis – Bruxismo – Aftas… Conflictos Biológicos de la Boca (Parte 3)
- Caries – Agenesia – Fractura… Conflictos Biológicos de la Boca (Parte 4)
- Empaste – Endodoncia – Extracción… Conflictos Biológicos de la Boca (Parte 5)
Hoy en día es relativamente fácil rehacer la imagen que a través de los dientes damos al mundo: Se corrige su desalineamiento, se abren o cierran espacios, se disimulan coloraciones, roturas, imperfecciones, etc. Sin embargo nada solucionaremos mejorando únicamente la fachada.
Cuerpo – Mente – Espíritu
Los dientes encarnan la dinámica de la personalidad. Ningún diente por tanto está mal posicionado (torcido, apiñado, retraído…), sino que alerta de la estrategia de supervivencia que cada cual ha desarrollado en función de las dificultades, necesidades, faltas que ha percibido en su entorno:
- Una pieza dental torcida desea compensar un desequilibrio (psíquico).
- La pieza que sale hacia delante denuncia una carencia (que la persona busca afuera), o la necesidad de destacar, llamar la atención (ser visto).
- Cuando la pieza se sitúa hacia atrás la lectura es similar a la anterior, con la diferencia de que en este caso la persona, introvertida, se repliega sobre sí misma.
- Los dientes que pasan por delante de otros realzan las facetas en las que la persona se siente más segura, los que quedan por detrás, en consecuencia, ocultan las más vulnerables.
Como ves, cada diente hace alarde de nuestra manera particular de interpretar el mundo de acuerdo a nuestras creencias. Cualquier intervención que se haga en ellos sin la toma de conciencia necesaria, es tanto como luchar (en vano) con el instinto de supervivencia. Equilibremos primero nuestro interior para evitar fricciones innecesarias y hasta perjudiciales, en el afán de equilibrar la frágil apariencia externa.
Intervenciones frecuentes
Blanqueamiento
El diente está constituido por el apilamiento de cristales hexagonales de igual forma que los cristales de cuarzo. Su geometría permite que la luz sea refractada dando al esmalte su brillantez y translucidez. Las células que lo originan sólo existen durante la etapa de formación del diente, en consecuencia el esmalte (luz solidificada) no puede regenerarse.
Los productos que se utilizan para blanquear los dientes actúan como soluciones decapantes, acrecentando la porosidad del esmalte y, por ende, favoreciendo la entrada de color más fácil y rápidamente. La persona que blanquea sus dientes de manera prácticamente obsesiva expresa del rechazo que uno tiene hacia sí mismo, la negación al derecho de ser plenamente con su originalidad, virtudes y manías que conforman una individualidad intransferible.
Tu esmalte es tu luz, tu belleza. El color viene dado por la dentina, que se trasluce a través del esmalte. Realmente qué importa si es blanco, amarillo o gris; la belleza no está en el tinte, sino en el brillo de un esmalte natural sano que simboliza la aceptación de lo que por encima de todo ya eres. Los dientes decapados, blancos, pálidos, sin brillo… muestran una fachada sin alma.
¿Qué aspecto (defecto, humanidad, individualidad…) tratas de blanquear en tu personalidad?
¿Cuál fue el hijo rechazado en tu transgeneracional?
Corona
Recubrir los dientes con una corona no es garantía de que queden protegidos,. Si no hay toma de conciencia es como querer enterrar un problema que necesitará ser visto mientras no sea tenido en cuenta. Ten muy seguro que la pieza utilizará otros medios de expresión, normalmente más severos para retomar su protagonismo.
Posibles afectaciones de la corona
- bDemasiado apretada: espacio demasiado reducido donde uno puede desarrollarse, evolucionar.
- aDemasiado baja: falta de confianza en la cualidad que corresponda.
- cDemasiado alta: necesidad de compensar la falta que origina la ruina de la pieza dental.
- aMolestias (o se parte o se despega tras colocarla): debate con uno mismo en el proceso de rechazo, causa de la destrucción de la muela. Porque en tal caso, cabría preguntarse: ¿qué me niego a restaurar en mi interior? ¿Qué aspecto de mi personalidad me niego a aceptar?
Es imposible e incomprensible esperar cubrir satisfactoriamente un sufrimiento afectivo o las turbulencias emocionales.
¿Realmente quieres sepultar tus deseos, necesidades, retos, sueños… bajo una losa (corona)?
Para que sea la adecuada, su colocación debe coronar los rencuentros consigo mismo.
Implante
El implante cubre la necesidad de recuperar los dientes y con ellos simbólicamente todo cuanto representan: juventud, potencia, ilusión de vivir. La densidad y calidad del hueso, reservorio de energía vital de tejido vivo y adaptable donde ha de implantarse la nueva raíz, es determinante para su correcta consecución. El hueso guarda la memoria del diente desaparecido; el rechazo de un implante puede devenir de sufrimiento que todavía no ha sido acogido: la herida sigue abierta.
Más que ninguna otra prótesis u operación, el implante debe ser tomado como la reconciliación entre la persona y la faceta que el diente ausente representa. Porque puede ser que la nueva raíz se integre, manifiesto que el pasado está sanado, o simplemente se tolere, en cuyo caso la persona se obliga a tolerar algo que para ella continúa siendo inaceptable… y el cuerpo responderá en consecuencia (infección, cefaleas, vértigos, etc).
Si sientes que con el implante culminas una etapa de tu crecimiento interior, entonces estás preparado para darte tus raíces.
Hacerse implantar sin haber tomado conciencia de la información que deja el síntoma es entrar en combate contra uno mismo. Sería como el deseo de suplantar una identidad teñida de sufrimiento por otra carente de él. No es posible. El dolor necesita ser expresado, sentido, transformado y trascendido.
Endodoncia
La endodoncia, pulpectomía en caso de niños, es la pequeña cirugía dirigida a desvitalizar la pieza. Comúnmente conocida como «matar el nervio», con ello se erradica parte de la vitalidad (¡la vida!) de quien la sufre. El nervio viene a ser a la muela lo que las emociones a nosotros: la sensibilidad del que está vivo. Si aceptas la emoción y le das espacio para expresarse vibras en su movimiento natural.
Por el contrario, cuando la anulas, bloqueas, reprimes por interpretarla como insoportable o aterradora, queda enquistada a la espera de dejarse sentir. En consecuencia, la pieza que pierde su vitalidad denuncia la censura del movimiento interior, la parcela de nuestra vida que ha quedado enmudecida, insensible, petrificada, sin miras por evolucionar.
Es pues conveniente observar qué emoción es la no expresada, que viene a ser la misma que la sentida en el momento de la operación. Emociones como la tristeza o el miedo se traducen en un absceso latente aunque indoloro. Otras, como la ira, se representan en procesos inflamatorios dolorosos y punzantes.
El trabajo interior, la toma de conciencia, es el promotor del cambio. De esta forma ya no hablamos de algo muerto, inerte en la estructura: la pieza continúa ostentado plenamente su lugar, sensible, vital.
Extracción
La extracción de una pieza se resiente como una amputación, la anulación de una parte de sí. Debería ser realizada llegado el caso de no contar con ninguna otra opción, inclusive si se trata de piezas desvitalizadas (endodoncias, pulpectomías). Se trata de guardar respeto al Ser y no sacrificar un aspecto propio por ser rechazado, o por prohibirse exteriorizarlo. La extracción aliviará el síntoma pero nunca el origen del mismo, que adoptará otra forma para ser visto.
No obstante siempre hay excepciones, como sucede ante una pieza descarnada o afectada por un quiste. En estos casos es el cuerpo quien sana deshaciéndose del mal físico y psicológico que le agrede. La extracción simboliza, entonces, un acto de liberación: soltar el sufrimiento, dejarlo ir. Aquí el sacrilegio sería oponerse al devenir natural del organismo intentando conservar la pieza a toda costa.
Las extracciones masivas hechas sin conciencia tienen terribles repercusiones en cuanto a la falta de apoyo (interior) relacionada con las piezas carentes, o el desequilibrio (emocional) por la ausencia de las mismas. El vacío que deja la pieza conecta con el miedo a la muerte. El vacío queda muy presente, imposible no sentirlo. La premura en llenar rápidamente el hueco (implante, puente) delata el miedo a envejecer y la negación de la muerte.
Tomar conciencia de la extracción reside en la aceptación de la pequeña muerte que conlleva este acto, dando espacio a la emoción que tiñe el duelo correspondiente. El dolor, inflamación, hinchazón que deviene de una extracción, muestra la emoción que ha sido bloqueada.
Empaste
En la actualidad son muchas las personas que deciden retirar la amalgama de sus empastes, aludiendo a la toxicidad del mercurio que contienen. Si bien es cierto que éste es tóxico (al igual que la contaminación, el sometimiento social impuesto, o la vida estresante que también envenena), la nocividad del empaste depende del estado físico y por ende psico emocional de la persona, que fluctúa al mismo nivel de pH de la saliva.
De igual forma, tampoco está demostrada la no toxicidad de otras materias utilizadas para dicho fin, como por ejemplo las resinas o el níquel presente en las coronas. Por consiguiente, antes de retirar el empaste (que además en mayor o menor medida durante el proceso libera vapores de mercurio), cabría la pena preguntarse:
¿A qué necesidad inconsciente responde el empaste?
¿Estoy lista para contemplar y liberar las emociones selladas con la amalgama, y dispuesta a amar mi sufrimiento?
Levantar un empaste es dejar al descubierto un evento doloroso no resuelto, lo que provoca una explosión emocional que hasta entonces había quedado a la espera de contemplarse y sanar, y que ahora, necesariamente, ha de hacerse con urgencia. La muela empastada y su posición en la boca nos deja información sobre el resentir de la emoción, el periodo de la infancia donde tuvo lugar el acontecimiento y la figura paternal, padre o madre, con la que se vivió la experiencia conflictual.
Ortodoncia
Etimológicamente, ortodoncia deriva de orto (derecho) y doncia (diente). Como sabes, el alineamiento de los dientes simboliza el alineamiento interior; en consecuencia, el desorden dental (ya sea por apiñamiento o por uno o varios dientes torcidos) nos alerta del desorden interno existente.
¿Qué hay tras la necesidad de enderezar los dientes, si cuando nos referimos a una persona como recta es porque es honrada, de bien, con valía? Forzar la alineación dental denota un deseo de mantenerse firme ante el orden, las normas, ser parte integrante de una sociedad donde las personas con los dientes debidamente alineados son las que triunfan.
Hoy en día se ha convertido en algo prácticamente convencional poner en manos del ortodoncista al niño o adolescente. El mensaje es claro: «quiero que vaya por el camino recto, enderezar su extraviada personalidad«. Imponer una falsa verticalidad es someter a nuestros hijos a los estándares familiares y culturales, sin tomar en cuenta sus necesidades, miedos, carencias y sufrimientos.
Las extracciones consideradas preventivas anulan ciertas cualidades que no podrán ser expresadas con pleno potencial. Dientes aprisionados entre cerrojos que impiden cualquier manifestación de desacuerdo.
- iEl que opone resistencia, de manera natural los dientes volverán a su posición inicial. La solución es amordazarle de por vida con el aparato mantenedor.
- lEl que es más intransigente o intolerante ante las obligaciones impuestas reacciona provocando la desaparición de las raíces de sus dientes.
- iEl indiferente como resultado de su impotencia, puede desarrollar un descarnamiento con el paso de los años.
Prótesis
Tomar la decisión de realizar una prótesis (ya sea fija o no) o abstenerse de hacerlo no es algo que suceda sin motivo aparente, aunque la mayoría de las ocasiones suceda a nivel inconsciente: o se está preparado para tomar el aprendizaje del conflicto origen de la pérdida de los dientes, o el bloqueo se mantiene a la espera de su resolución.
En consecuencia, en caso de intolerancia no es pues hacia la prótesis, sea del tipo que sea; la repulsión es hacia la faceta de sí mismo que no se desea integrar, así como a la incomprensión del sufrimiento vivido al que se le tilda de imperdonable. El tipo de prótesis desvela la necesidad e intención de quien hace acopio de ella, así como su creencia:
- Corona: enterrar profundamente el sufrimiento asociado al aspecto que la pieza representa.
- Puente: aferrarse a algo o a alguien para sentirse más fuerte o más seguro (= dependencias).
- Implante: asegurarse la juventud, negando la decadencia (muerte).
- Dentadura postiza: evitar quedar encerrado en un sistema que no se tolera. El que pueda ser retirado en cualquier momento facilita una puerta de escape, que permite la posibilidad de reintegrar o no las facetas perdidas.
Puente
El puente reemplaza una o varias piezas faltantes, y si bien tiene ventajas también tiene inconvenientes: la seguridad material desplaza la libertad personal, se establece la estabilidad frente al movimiento.
El puente expresa la necesidad de aferrarse a algo o a alguien para sentirse más fuerte: materializa vínculos, compromisos afectivos, dependencia. Los dientes vecinos a los que se fija el puente inmovilizan facetas de la personalidad creadas para funcionar de manera independiente.
A más extendido sea el puente más se están sacrificando las capacidades de flexibilidad y adaptación, en pos de una rigidez física y mental que puede llegar a rozar la total inmovilización. Aunque tuviera su razón de ser cuando se realizó (aseguró o fortaleció lo que entonces era una necesidad), con el paso del tiempo el mismo puente puede convertirse en una degradación del vínculo inicial, e incluso en un encerramiento intolerable.
En caso de partirse, manifiesta la ruptura que se debe hacer con el pasado (hábito, relación, comportamiento…). La inflamación, dolor, molestia, es sinónimo de liberarse de la sujeción que el puente representa. Si llega a causar sufrimiento, problemas añadidos, indica una dificultad existencial insoportable; un sometimiento extremo.
Ejemplo
El puente que se apoya en el primer premolar superior izquierdo (#24, audacia) y el primer molar superior izquierdo (#26, autoridad de la madre), traduce el yugo materno, el encierro del hijo privado de libertad (rol de niño amoroso y sumiso). La parte del puente que apoya en la muela #26 lo paraliza en la obediencia, cuán prisionero que acepta vivir encadenado.
¿Esto quiere decir que desistas de ponerte un puente? No, en absoluto. Sin embargo presta atención a los acontecimientos que coinciden con la decisión de hacerlo, y pon, junto con el puente, la intención consciente del alivio que supone liberarte de una relación o situación.
Reflexiones
¿Qué vas a hacer con toda esta información? Porque ya has visto que en cualquiera de los casos tu implicación es imprescindible. De nada sirve enmascarar el problema sin antes haber tomado conciencia de lo que viene a representarte. Después. una vez contemples, comprendas y aceptes la faceta o dolor que el diente te muestra, la resolución que tomes obtendrá los mejores resultados.
¿Visitar al dentista? Sí, por supuesto. No obstante, previamente, comunícate con esa parte de ti, con ese dolor que quiere ser escuchado. Pregúntale: ¿qué me quieres decir, cómo puedo cubrir tu necesidad? Después has de darle tu respuesta, y si acaso no puedes hacerlo tú solo yo me ofrezco a acompañarte. Acógete, obsérvate sin juicio, amorosamente, y dale luz a esas partes tuyas cubiertas de sombra.
Recuerda que no solamente está presente tu historia personal, también lo hace el inconsciente familiar transmitido por la genealogía: lo no resuelto luchará por salir de una u otra forma a fin de ser sanado.
El mundo, cada vez más estandarizado, busca la uniformidad y dependencia potenciando los individuos socialmente correctos. En los tiempos que corren, ser tú mismo no tiene precio.
Bibliografía: El lenguaje de los Dientes de Estelle Vereeck.
Gracias gracias gracias el texto llego a mí vida en el momento correcto de mí existencia..me está ayudando para interpretar y entender…y desde el amor sanar… gracias por existir,❤️
Hola Stela, gracias por tu feedback, me alegro te haya servido… ¡esta es la intención!
Un abrazo!
Me ha encantado esta serie específica sobre dientes y boca. Me surgen dudas como ¿si resuelves el conflicto que ha originado una carie, o una desalineación, desaparecería la carie/desalineación…?
Hola Cris, me alegro te haya servido. A tu pregunta te diré que puede en unas ocasiones se corrige y en otras se detiene.
Un abrazo!