.
El otro no existe
¿Eres de los que dan el (muchas veces) temido paso y afrontan los retos, o de los que se repliegan y huyen ante ellos?
Algunas de las situaciones que experimentamos nos agradan, otras nos disgustan, y luego están aquellas que convertimos en barreras infranqueables. Pero, ¿realmente es así? ¿Qué es lo que facilita esta distinción? ¿Por qué algo podemos llegar a magnificarlo a tal punto que nos sintamos incapaces de resolver? ¿Qué nos activa los mecanismos del miedo?
La mente, ese gran receptáculo de ideas preconcebidas, de pensamientos ilógicos y miedos fanganosos, con frecuencia nos hace ver lo que no es, conduciéndonos a una locura de difícil retorno en la que el razonamiento sale perdiendo. Necesitamos de la reflexión, la auto escucha y darle espacio a la emoción que emerge fruto de tal desasosiego, para transmutar la reactividad en proactividad.
Fábula: El león y el lago
«Erase una vez un león que andaba perdido en un lejano paraje africano. El cansancio y la sed acuciaban tras largos días de vagar sin rumbo ni concierto. Por fortuna, dio con un lago de aguas frescas y cristalinas. Feliz se acercó raudo a beber, mas al acercarse vio su rostro reflejado en las apacibles aguas.
– ¡Vaya. el lago pertenece a otro león! – se dijo, y aterrorizado huyó del lugar.
Pero como cada vez estaba más sediento y sentía que las fuerzas le abandonaban, a la mañana siguiente, armado de valor, regresó al lago. Se acercó con cautela, y en el momento en que aproximó su cabeza para hundir la boca en el líquido tan preciado, presa del pánico, retrocedió. Allí estaba de nuevo aquel fiero león, con sus largas melenas y grandes fauces, mirándole desde la superficie del agua.
Aguardó agazapado entre la maleza, vigilante. No había rastro del «otro» león.
– No puedo pasar sin beber ni un minuto más, pensó, me muero de sed.
Y otra vez, se irguió y con paso decidido fue hasta la orilla del lago. ¡El león seguía allí! Pero en esta ocasión, en lugar de huir de nuevo, enseñó sus dientes y rugió con todas las fuerzas que le quedaban. Para su sorpresa, el «otro» león le devolvió un terrible rugido. Rugió de nuevo, y el «otro» hizo lo mismo.
Era inútil, mas no le quedaba otra alternativa. O se enfrentaba al león y al fin saciaba su necesidad, o de lo contrario, de una u otra manera, se sabía animal muerto. Así que finalmente tomó la decisión de beber agua del lago pasara lo que pasara. Nada le importaba ya. Metió la cabeza para beber… ¡y su rival, el tan temido león, desapareció!
.
Me doy permiso
Sé que el primer paso es el más costoso… Dudar sobre la veracidad de lo que se vive y preguntarse: ¿qué tiene que ver esto conmigo?, es un acto de valentía hacia uno mismo. De ahí que cueste tanto: es la primera muestra de madurez, abrirte a tu sombra, calmar a tu asustado y malherido niño interior, y dejar de esperar que la solución para encontrarte mejor venga de afuera.
Todo es de acuerdo al cristal con que se mira.
Después, como mágicamente, te das cuenta que el universo te va guiando (como siempre lo ha hecho) para fomentar que te reencuentres con el Amor que eres. Ninguna persona, situación o encuentro es fortuito. Vives atento a los continuos mensajes que te conducen poco a poco hacia ti, con paciencia y amor. Y cada paso importa. Es un camino sin retroceso, porque una vez te haces consciente de lo que en verdad es la Vida ni por asomo volverías hacia atrás.
Donde está el miedo, está tu tarea
Las trabas, obstáculos, impedimentos no dejan de ser el reflejo de tus miedos… y donde está el miedo, está tu tarea. El miedo te indica el camino de retorno, tu superación personal, tu evolución. Es un camino que recorremos individualmente, nadie puede realizarlo por nosotros. Sin embargo no estás sólo, cuando sientas que precisas la ayuda de una mano amiga no dudes en pedirla. Cuenta conmigo para acompañarte.
En ocasiones se dilata en el tiempo. Te dices: «voy a intentarlo», o lo que es lo mismo: «no me siento capaz de hacerlo», «no estoy seguro de conseguirlo». En tus palabras, en tus acciones, en tu fuero interno tiene que haber decisión. Y te aseguro que cuando haces algo y ves los cambios, los siguientes pasos son más livianos. Por momentos podrás sentir dolor, pero nunca más serás presa del sufrimiento.
Reflexiones
Gran parte de nuestros temores son infundados, imaginarios, sólo existen en nuestra mente. Al igual que le sucede al león de la fábula, únicamente cuando decidimos afrontarlos, desaparecen. Disponemos de una poderosa herramienta de creación: La imaginación. No obstante se trata de un arma de doble filo, puesto que de no utilizarla a nuestro favor se convierte en nuestro mayor y peor enemigo.
Tan solo conozco una manera de evitar sucumbir a las creaciones y reflejos de la propia mente: Se llama estar en el presente, aquí y ahora. A más distraído estés, mayor probabilidad de perderte en los desórdenes y laberintos mentales. El pasado y el futuro son imágenes creadas, nada es real. El pasado, pasó. El futuro… ¿qué es el futuro? Sin embargo el presente Es, tú eres este momento.
El león al fin bebió cuando decidió afrontar el miedo. ¿Qué pasión, sueño, proyecto, gozo, satisfacción te aguarda una vez afrontes el miedo? Aunque lo correcto sería decir una vez afrontes tu miedo, porque es algo tuyo, es creación de tu mente. ¿Cuánto tiempo más esperarás? Mientras tanto, tu vida pasa… ¿Qué es lo que por miedo estás dejando de hacer?
¡Adelante amigo, siempre adelante!
Reserva una llamada o videollamada conmigo
Muy buen artículo,me vino en un momento justo. Se que nada es casualidad, era el momento justo. Se q estoy pasando por una etapa de miedo que tengo que saber definirlo. Gracias!
Querida Roseli, gracias por tu feedback. Un abrazo!