¿Problemas con tu pareja? ¿Quizá no tienes pareja? Desórdenes amorosos: te va a interesar… ¡y mucho!
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¿Estoy con la persona adecuada?
Todas las relaciones tienen un ciclo. El enamoramiento es una experiencia completamente natural y espontánea. No tienes que hacer nada para que suceda, se da sin más. Y después de un tiempo, meses o años, uno comienza a preguntarse: «¿estoy con la persona adecuada?».
La respuesta siempre es SI, estás con la persona adecuada.
Ya sabes lo que dice el refrán «Dios los cría…».
Y mientras que el enamoramiento se produjo de manera natural, continuar la relación sin culpas ni reproches, donde el compartir supla la necesidad, y sea el crecimiento del otro lo que te ilusione e inspire tu propio crecimiento, pasa por hacerte responsable de tu felicidad.
De entre los millones de seres humanos, es tu pareja a quien escogiste.
- ¿Por qué y para qué esta pareja y no otra?
- ¿Qué determinó que tu pareja y tú os encontraseis?
- ¿Aprovecharás la relación para crecer, o te quedarás en el lamento?
Simbolismo inconsciente
Cuando nos referimos a desórdenes amorosos, irremediablemente sale a relucir el nombre del dr. Salomon Sellam, la persona que más ha profundizado en los estudios en torno al mundo de las relaciones de pareja. Sus reflexiones y aportaciones consignan el trasfondo de este artículo.
Las consecuencias de estos desórdenes amorosos son muchos y variados, como manifestaciones orgánicas y funcionales, trastornos del comportamiento, cuestionamiento existencial, compulsión repetitiva, depresión e incluso profundos desequilibrios.
Los desórdenes amorosos simbólicos que originan todas las problemáticas de pareja: dificultades de relación, de sexualidad o de entendimiento, no tener pareja…, son debidos al vínculo de afinidad(1) que guardamos con los miembros de nuestro sistema familiar, así como a los episodios vividos durante nuestra infancia. Vamos a desarrollarlo.
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(1) Los vínculos de afinidad que se establecen pueden ser por fechas, nombres, parecido físico, misma profesión o enfermedad, aniversarios…
Antes del nacimiento
Adoptamos programas de nuestros antepasados (creencias, pensamientos, emociones, actitudes…, mensajes familiares, en resumen), y nos adaptamos fielmente a ellos: para nuestro inconscientemente son mandatos.
Nuestra vida no deja de ser, entonces, una réplica de lo que aconteció en un pasado. Repetimos sus historias amorosas, historias que vivieron con dolor y en silencio, tales como amores difíciles, imposibles, faltas de compromiso, infidelidades, abandonos, etc.
- Transgeneracional: Desorden amoroso por lo que vivieron nuestros antepasados con los que hemos establecido un vínculo especial.
- Proyecto Sentido Gestacional: Desorden amoroso por las vivencias de nuestra madre en los nueve meses previos a concebirnos, durante la concepción, gestación e incluso al nacer y hasta los tres años.
Después del nacimiento
Nuestra psique va desarrollando programas de acuerdo a nuestras vivencias. Los primeros programas que se fijan son por supuesto durante nuestra infancia, la cual algunos autores, como el dr. Salomon Sellam, sitúan hasta la edad de siete años. Mi opinión, después del tiempo que llevo dedicándome al acompañamiento, es que este periodo alcanza el inicio de la pubertad.
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Todo lo vivido en ese entonces determina en gran medida mis preferencias afectivas, mis carencias y el tipo y la calidad de las relaciones que establezca con las personas a mi alrededor. Es decir, las relaciones humanas que establezco a los 20, 30, 40… años, guardan una estrecha relación con las relaciones que mantuve en mi primera infancia con mi entorno familiar, ya sea de atención, protección, cariño, o desaprobación, desatención, exigencia, etc.
En nuestra pareja está nuestro maestro de vida, aquella persona que fomente mi madurez e independencia emocional. Lo que suele suceder es que no lo encuentre a la primera, sino que inconscientemente sea lo que persiga hasta encontrarme.
Desórdenes amorosos
Incesto simbólico
Poco me voy a extender sobre el incesto simbólico, puesto que ya redacté un artículo muy completo al respecto. Hablamos de incesto simbólico cuando eres doble del padre / madre(1) de tu pareja.
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⌈ Clic en enlace → Incesto simbólico: Enamorada de papá ⌉
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Me viene a la memoria la consulta de María Jesús, a quién acompañé para tratar su problemática de pareja.
Caso real
Durante los primeros años de relación, María Jesús trató de amoldarse a lo que Carlos, su pareja, le pedía «para estar bien» (modificó su manera de vestir, cortó con amistades…). Pero todo parecía ser insuficiente para Carlos, siempre le pedía más. Cuando vino a consulta estaba dolorida y confusa. No sabía que más hacer, y asumía que algo estaba reparando.
Me decía que Carlos ya no pedía, exigía. Totalmente dependiente de María Jesús, quería ser su mundo, el centro de su atención. Pero María Jesús no era la misma persona, había crecido, madurado…. ¡y Carlos seguía siendo un niño! Efectivamente, Carlos buscaba a su mamá, la madre siempre presente e híper protectora que tuvo aquel pequeño.
Haciendo el árbol de Carlos, María Jesús comprendió… No sólo era doble de su suegra por parecido físico (eso le era evidente -ojos y piel clara, pelo rubio…) y por nombre (su suegra se hacía llamar María, a secas, pero estaba bautizada como María Jesús!), sino que eran dobles por fecha de nacimiento (María Jesús 27 de febrero, suegra 4 de marzo).
Por supuesto también estudiamos el árbol de María Jesús. Carlos era doble de su abuelo materno (Carlos 5 de enero, abuelo 4 de abril). Pudimos desbloquear y reprogramar la relación incestuosa de éste hacia María Jesús niña, acontecimiento que su subconsciente había querido tapar por mucho tiempo. Era su abuelo querido, por quien se había sentido arropada. Aquella niña había aprendido que ser amada era dejarse hacer, en silencio.
Toda su vida, y no sólo la relación con su pareja, se transformó.
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(1) Puedes ser doble por fecha de nacimiento o concepción, por nombre (Pepe y Pepa, Ariel y Mariel…), parecido físico, etc.
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Hermanos simbólicos
Otro vínculo que se establece y puede dar lugar a desórdenes amorosos es la relación sexual entre hermanos simbólicos. Me refiero a los flechazos que surgen instantáneamente en la pareja, lo que llamamos amor a primera vista, «el príncipe (o la princesa) azul» que tanto se idealiza y espera.
En estos casos ambos comparten la misma fecha de nacimiento y/o concepción. Para el inconsciente no deja de ser reconocido como un incesto simbólico, una relación que se lleva a cabo entre hermanos… sea simbólicamente o no.
Estas relaciones comienzan con mucha intensidad, rebosan de amor y pasión, y si bien en algunos casos este deseo y fusión perdura toda la vida, en otros el fuego inicial declina pasado un tiempo, meses o años, para concluir en una relación sostenida en la rutina, fría y ausente.
La relación se encrudece y termina por apagarse cuando se tienen hijos, que confirman y reafirman el vínculo incestuoso. Quizá pueda mantenerse una convivencia basada en la amistad, sin sexo. Continúan juntos tan solo por los lazos de hermandad inconsciente que los une.
Gemelo perdido
Cuando durante mi gestación compartí la barriga de mamá con un hermano que no llega a nacer(1), esta información queda registrada a nivel inconsciente. ¿Qué haré durante gran parte de mi vida? Buscaré a ese otro tan parecido a mí, a esa «media naranja que me complete».
Es como un deber, una pulsión de encontrar a mi “gemelo perdido”. De entre todas las personas mi inconsciente buscará a su igual, y seleccionará a aquellas que guarden relación conmigo (como ya vimos, esta relación puede ser por fechas, nombres, parecidos…). Compartimos aficiones y gustos… ¡es como si nos conociéramos de toda la vida!
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⌈ Clic en enlace → El síndrome del GEMELO PERDIDO ⌉
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(1) ¡Ojo, en mis acompañamientos, además de una vida (embrión) que no se logra, he encontrado varios casos en los que el útero se compartió con un mioma!
Consecuencias
Una cosa es lo que vemos e interpretamos conscientemente, y otra muy distinta lo que a nivel subconsciente se traduce: «mantener relaciones dentro de la misma familia es pecado, está mal visto, qué dirán… «. De acuerdo al grado de actividad de este conflicto, puede degenerar en unas u otras consecuencias.
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Síntomas físicos
- Lumbalgias.
- Candidiasis.
- Herpes.
- Papiloma humano.
- Ciática.
- Quistes ováricos…, entre otros.
Infertilidad
He trabajado con parejas que se preguntaban por qué no llegaba el bebé tan deseado, si ambos no presentaban ninguna alteración en su sistema reproductor. Es mucho el desgaste energético que esto produce, los pensamientos de no ser válidos, la frustración de someterse una y otra vez sin resultado a medicamentos…
La respuesta nunca esta afuera, sino adentro. Y no es que la infertilidad esté ligada exclusivamente a un desorden amoroso (¡no está permitido ser mamá o papá de un hijo fruto de una relación prohibida!), pero siempre es un tema a revisar en consulta (en sesiones individuales), o lo que nos muestra el movimiento de los representantes cuando se trata de una constelación familiar.
Disfunciones sexuales
Disfunción eréctil, eyaculación precoz, anorgasmia, vaginitis…
El inconsciente no concibe la idea de disfrutar la sexualidad entre familiares queridos… En ocasiones la disfunción acontece desde el principio de la relación. En otras lo hace pasado un tiempo, pues aun comenzando apasionadamente, se verá interrumpido el fluir de la actividad sexual.
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⌈ Clic en enlaces → Ellas y su sexualidad – Ellos y su sexualidad ⌉
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No tengo pareja
Si nos ceñimos a la biología entenderemos que «no es normal no tener pareja», dado que si no la tengo no puedo procrear, y no procreo no doy continuidad a la especie… ¡cuando es apremiante que así sea en el plano por entero biológico!
Teniendo esto en cuenta, la soltería, las parejas que no cuajan, las relaciones con personas ya comprometidas… nos invitan a cuestionarnos desde dónde estoy viviendo el mundo de las relaciones. Siempre motivo de introspección y de impuso al crecimiento personal, a la evolución como Ser.
Infidelidad
En ocasiones las infidelidades se infundan en estos desórdenes amorosos. En casa se acabó el sexó, las caricias, el goce… no puedo mantener este tipo de relación con mi pareja (= «familiar») y busco obtenerlo con otra persona.
No des nada por hecho
Es importante que indagues en tu genealogía y en tu propia historia:
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- ¿Con qué miembros de tu árbol transgeneracional coinciden tus fechas? ¿Cómo fueron sus relaciones de pareja?
- ¿En tu infancia te proyectaste en tu padre, tu madre, en algún hermano o hermana…., o te has identificado con alguno de ellos? (1)
- ¿Cuál ha sido el rol que has desempeñado hacia ellos?
De esta forma podrás tomar distancia de la relación que a día de hoy mantienes con tu pareja, y/o de las circunstancias que se están dando entorno a este tema. Ten en cuenta que normalmente la hija buscará a su padre, mientras que el niño buscará a su madre. Aunque también encontramos los Complejos de Edipo y Electra invertidos, es decir, pequeños que buscan a su padre o niñas que buscan a su madre.
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(1) Cabe la posibilidad de que te hayas proyectado o identificado con determinadas personas de tu familia nuclear:
- Si te proyectaste, estarás buscando a tu padre, madre, hermano o hermana… durante toda tu vida.
- Si te hubieras identificado con alguno de ellos, detectarlo facilita que puedas tomar distancia en tus relaciones de hoy en día cuando aparece un problema, puesto que la pareja te vuelve a conectar con ese personaje.
Reflexiones
- ¿Cómo vives tu relación de pareja?
- ¿Disfrutas o te resignas a la monotonía que en algún momento se estableció?
- ¿Podrías estar tal vez mostrando un desorden amoroso?
¡Qué importante es que revises aquellas partes que quedaron rotas durante tu infancia, así como analizar, descubrir o reinterpretar la historia emocional tanto de tu madre durante tu gestación, como la de aquellos ancestros con los que guardas algún tipo de afinidad!
Quizá estés reparando a una abuela maltratada, o casada contra su voluntad, o «violada» en el lecho conyugal…, o tal vez repares a un abuelo libertino, o deshonrado, o habiendo quedado viudo con una tropa de niños a los que cuidar… Estamos hablando de programaciones inconscientes, de patrones que rigen tu conducta, tus decisiones, tu vida.
Clic, cae la ficha
El primer paso, siempre, es detenerte y cuestionarte, observa lo que estás viviendo; recuerda que todo, absolutamente todo lo que vives es la proyección de tu mundo interno.
A continuación saca del inconsciente, de lo invisible, aquellas historias soterradas y al mismo tiempo tan latentes a través de ti, en tu presente. ¿Qué es lo que estás repitiendo?
Y por último, respira… estás aquí con un propósito, tu propósito. Tu vida no es su vida; eres tú quien elige como vivirte y con quién compartir tu experiencia.
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No es lo que pasa, sino tu mirada hacia lo que pasa lo que te mantiene en una repetición.
Hola !! Me encantó este artículo !
Claro que lo
Necesito leer muchas veces más !!!
Con todo mi agradecimiento te mando un abrazo!!!
Beatriz
Gracias por tu feedback Beatriz, me alegro te haya servido.
Un abrazo!