Retoma tu poder interior para vivir la vida que deseas vivir, y no la que te ha sido impuesta.
No siempre se quiere escuchar
Cierto es que cada vez somos más las personas que elegimos vivir con la paz y el bienestar que por derecho nos corresponde, a pesar de que muchos otros nieguen tal evidencia. Y es que no hay mayor ciego que el que no quiere ver, ni mayor sordo que el que no quiere escuchar.
Por supuesto no seré yo quien juzgue el comportamiento de nadie, simplemente observo y me observo, siendo como somos cocreadores de esta nuestra realidad. Respetar y ser respetado, dos caras de una misma moneda, porque una no tendría lugar sin la otra. Cada quién es el responsable de su propio camino.
Lo que das te lo das, lo que niegas te lo quitas.
Alejandro Jodorowsky
En la mayoría de los casos la espiritualidad no deja de ser un nuevo disfraz, otra máscara de la que nos servimos para ocultar nuestro miedo y persistente culpabilidad para, de esta forma, justificar nuestra crítica hacia el entorno.
Nos mentimos. Todavía creemos saber lo que es mejor para todos y que podemos ejercer un control sobre lo que vivimos cuando, en realidad, cada momento es y será lo que tenga que ser por el bien de todos los involucrados.
Aunque el dolor es inevitable, el sufrimiento sólo es una opción.
Siddhartha Gautama, Buda
El control, por supuesto, nos habla de miedo: miedo a no poder, a no valer, a no ser visto, a no ser reconocido, etc. Nos escudamos tras el miedo para dominar e imponer a los otros nuestro criterio, el cual defendemos como único y verdadero… sin darnos cuenta que precisamente esto hace que seamos nosotros mismos los dominados.
Eres un Ser Divino
No existe un adentro y un afuera diferentes entre sí. Lo externo siempre nos devuelve el reflejo de nuestro mundo interno. Por lo tanto, el control, el dominio y la imposición, sigue siendo la voz que dirige nuestro diálogo interno. El mismo juez que a cada instante nos dice lo que hacemos bien y lo que hacemos mal, y, en base a ello, ser premiados o castigados.
Por esta razón la espiritualidad nos exige que la vivamos en pensamiento, palabra y obra. La espiritualidad requiere de la fe y la certeza de saber que siempre estamos con la persona precisa en el lugar y momento adecuado: el escenario perfecto para que tenga lugar la aceptación incondicional de lo que Es.
Aceptación no es resignación sino comprensión y, sobre todo, compasión. La compasión elude la dualidad, y consecuentemente dejamos de percibir al otro como un ente separado. La vida no hace distinciones. La Fuente de toda sabiduría se haya en el corazón de todos por igual.
Ser compasivos es admitir que no hay errores, tan solo aprendizajes: cada persona y cada experiencia es parte del plan divino, que conduce a la humanidad entera a regresar a casa.
Reconcíliate contigo
Con nuestros pensamientos creamos nuestra realidad. Puede o no gustarte, puedes o no estar de acuerdo, pero esto no hace que cambie el hecho de que así sea. Esto es ley, por lo tanto atañe incluso a aquellos que prefieren permanecer en la ignorancia:
- Cuando creas conscientemente pones la intencionalidad en tu creación, asumiendo con responsabilidad tu participación en el conjunto. De esta forma, la consecuencia de tus decisiones se convierte en aprendizaje.
- Mientras que cuando creas inconscientemente lo haces de manera automática e irracional. En este caso el resultado es sumamente improductivo, motivo por el cual repites las mismas historias.
Quizá en un principio no te resulte fácil dejar de juzgar. Piensa que llevamos muchas generaciones siendo educados de esta manera, es decir, mirando hacia fuera. Sin embargo es posible, ¡y sin duda alguna merece la pena!
Basta con que comiences a implicarte en tu propia vida, haciéndote cargo del 50% que te compete en cuestión de responsabilidad. Porque pasito a pasito, piano piano, desarrollas el bello arte de amarte a ti mismo y, por añadidura, también a tus semejantes. Un AMOR sin peros, sin condiciones, sin presiones ni comparaciones.
Por consiguiente, ya no te relacionas con el otro desde las heridas que sufriste siendo niño (dolor, rabia, tristeza, odio, resentimiento…), sino desde la pureza e inocencia de tu corazón, siendo que al mismo tiempo acoges y aceptas lo que te es entregado.
Hacia un nuevo origen
Permite que tu niño herido, al que yo personalmente reconozco como el ego, sienta el cariñoso abrazo de la aprobación sin límites de tu Ser Esencial, al igual que lo hace el niño cuando se abandona en los brazos amorosos y tiernos de su madre.
Nuestra Madre Tierra, Gaia, está sumida en un cambio profundo, un gran salto cuántico evolutivo, y nosotros con ella.
Puedes rechazar lo que Es, y no por esto dejará de seguir Siendo.
Si deseas infringirte castigos mediante pensamientos tormentosos e inútiles de carencia, desarraigo, rechazo, no amor… es tu decisión. Ahora bien, siempre dispones de la posibilidad de salir del personaje con el que erróneamente te identificas, y comenzar a ser tú.
Silencia la mente para escuchar tus pensamientos y así bucear en tus creencias. Siente e integra tus sentimientos y emociones para, desde la posición del observador, darte cuenta de cómo se materializa tu mundo interno en tu exterior.
Vive el Cielo en la Tierra
El cielo y el infierno no son lugares que aguardan para recibirte cuando desencarnes, una vez hayas sido juzgado y evaluado por un dios padre imaginario. El cielo y el infierno se encuentran en tu interior, y vivirás uno u otro en base a tus decisiones conscientes e inconscientes.
Eres Consciencia.
La Presencia Divina vive en ti.
El Amor es tu naturaleza.
Conéctate con la vida a través de los prodigios que se despliegan ante tus ojos. No cabe la imperfección en el reino animal ni vegetal. Ninguna flor se compara con otra porque sus colores o aromas sean diferentes; lejos de esto, se unen para crear un tapiz de inmensa y cautivadora belleza.
Sal de tu caparazón, deja a un lado tu coraza. Admira tu belleza y la de cuantos te rodean.
Dentro de cada corazón está la luz que hace el camino.