Tú también puedes modificar tu actitud tan solo con darle la vuelta al calcetín.
Ante todo, honestidad
¿Cuántas veces…
- repites un mismo comportamiento, a pesar de no desear hacerlo?
- te obligas a hacer o a decir aquello que te incomoda, que te aporta intranquilidad?
- priorizas en atender tus sentimientos y emociones?
¿Te has parado a pensar por qué crees que el otro es más importante que tú mismo?
Los seres humanos traemos como equipaje sendos programas de desvalorización, que nos suscita la necesidad de perseguir la aprobación del resto del mundo a toda costa.
La creencia errónea es pensar que si hacen lo que ellos creen que los demás esperan que hagan, se sentirán reconocidos y amados. Sin embargo esto es inviable a ojos de la Vida, cuya misión es cuidar de que aprendamos la principal lección de esta experiencia en la Tierra: amarnos a nosotros mismos.
.
.
El Amor comienza de ti hacia ti
¿Y tú? ¿Te amas, te respetas, te valoras?
Nadie te va a amar, ni a respetar ni a valorar, mientras tú no te lo des. La vida comienza desde dentro hacia afuera, y nunca lo hace al revés. Porque no pienses que tú amas, respetas y valoras si no lo tienes integrado en ti.
¿Cómo pretendes dar de beber al sediento, si tú cuando has sentido sed, no has probado a tomar agua para calmar tu necesidad?
El texto que viene a continuación, redactado por una persona anónima, lleva por título “Darle la vuelta al calcetín”. Me parece un interesante e ilustrador mensaje para recordar que ya SOMOS, somos simplemente por el hecho de estar aquí, practicando esta maravillosa experiencia que es la VIDA.
Darle la vuelta al calcetín
«Mi tía tenía muchos problemas. Había estado ganando peso y perdiendo pelo. No dormía, se mordía las uñas y los dientes le rechinaban. Era irritable, gruñona y amargada, hasta que un día, de pronto, ella cambió.
La situación estaba igual, pero ella era distinta.
Cierto día su marido le dijo: «Vieja, llevo tres meses buscando empleo y no he encontrado nada, voy a tomarme unas cervezas con los amigos».
Mi tía le contestó: «Está bien, tomando cerveza lo vas a encontrar».
Mi primo le dijo: «Mamá, voy mal en todas las materias de la universidad«.
A lo que mi tía le contestó: «Está bien, ya te recuperarás y si no lo haces pues repites el semestre, pero tú pagas la matrícula».
Mi prima le dijo: «Mamá, choqué el coche«.
Y mi tía le contestó: «Está bien hija, llévalo al taller, busca como pagar y mientras lo arreglan, movilízate en bus urbano o en metro».
Su nuera le dijo: «Suegra, vengo a pasar unos meses con vosotros«.
Mi tía le contestó: «Está bien, acomódate en el sillón de la sala y busca unas mantas en el armario…»
Todos en casa de mi tía se reunieron preocupados al ver estas reacciones. Sospechaban que hubiera ido al médico para que le recetara unas pastillas de Amiquemeimporta de 1000 mg. Seguramente, además, estaría ingiriendo una sobredosis.
Propusieron entonces hacerle una intervención a mi tía, para alejarla de cualquier posible adicción que tuviera hacia algún medicamento anti-berrinches. Pero cuál fue la sorpresa, cuando todos se reunieron en torno a ella, y mi tía les explicó:
EXPLICACIÓN
«Me llevó mucho tiempo darme cuenta de que cada quien es responsable de su vida, me llevó años descubrir que mi angustia, mi mortificación, mi depresión, mi mal humor, mi insomnio y mi estrés, no sólo no resolvían vuestros problemas… sino que agravaban los míos. Yo no soy responsable de las acciones de los demás, pero sí soy responsable de las reacciones que yo exprese ante eso. Por lo tanto, llegué a la conclusión de que mi deber para conmigo misma, es mantener la calma y dejar que cada quien resuelva lo que le corresponde.
He tomado cursos de yoga, de meditación, de milagros, de desarrollo humano, de higiene mental y de programación neurolingüística, y en todos ellos encontré un común denominador que conduce al mismo punto, y es que yo sólo puedo tener injerencia sobre mí misma. Vosotros tenéis todos los recursos necesarios para resolver vuestras propias vidas. Yo sólo podré daros mi consejo si acaso me lo pedís y de vosotros depende seguirlo o no.
Así que de hoy en adelante yo dejo de ser el receptáculo de vuestras responsabilidades, el costal de vuestras culpas, la lavandera de vuestros remordimientos, la abogada de vuestras faltas, la depositaria de vuestros deberes, o la llanta de repuesto para cumplir vuestras responsabilidades. A partir de ahora os declaro a todos adultos independientes y autosuficientes».
MORALEJA
Todos en casa de mi tía se quedaron mudos. Desde ese día la familia comenzó a funcionar mejor, porque todos en la casa saben lo que les corresponde hacer. Yo le llamaría a esta sabia decisión como: darle la vuelta al calcetín.
FIN
.
.
Reflexiones
Qué profunda reflexión, ¿no te parece?
Detrás de cada acción subyace una intención. Como antes mencionaba, para identificar, aceptar y trascender esa intención hemos de ser completamente honestos para con nosotros mismos, porque habitualmente no es otra que la de alimentar la codependencia.
El miedo a perder, a ser rechazado o a no ser reconocido nos convierte fácilmente en víctimas y en verdugos, según los casos. Comprender que la emoción del miedo anida en el inconsciente biológico, el cual puja por sobrevivir, nos invita a hacernos conscientes del apego y a soltar el control, la manipulación y la sumisión.
Somos un llamado al Amor, la dimensión infinita del Ser que se extiende más allá de lo corpóreo. Cuando conectamos con nuestra verdadera Esencia descubrimos que eso, qué por tanto tiempo hemos perseguido afuera, lo hemos tenido por siempre en nuestro interior.
¡Este puede ser un momento perfecto para darle la vuelta al calcetín!
¡Gracias por Existir!