En tu mano está la decisión: ¿víctima o aprendiz?
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La escuela de la Vida
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Vivir es aprender. Es aprender a escucharte, a sentirte, a respetarte. Aprender a amar lo que muestras al mundo, y también aquello que durante mucho tiempo escondiste no sólo a los de fuera, sino también a ti mismo.
Mientras, en este tomar conciencia, descubres la hermosa grandeza de tu Ser y del poder que reside en tu interior. Y de este modo, comienzas a experimentar la Vida desde otra mirada diferente, genuina, amorosa, que te hace vibrar y emocionarte con esos pequeños grandes regalos que te ofrece. ¿Víctima o aprendiz?
Proyectamos culpabilidad
Sin embargo no siempre estamos dispuestos a despojarnos del personaje de la víctima, el cual encaja a la perfección en una sociedad enferma. Porque si lo hago, ¿a quién señalaré como culpable de lo que me ocurra?
Todavía son muchos los que viven dominados por el miedo a asumir la responsabilidad de su propia vida, sin ser conscientes que en ese escurrir el bulto de negarse a sí mismos, pierden la oportunidad de disfrutar plena y dignamente de su calidad como seres humanos y, más aún, como seres divinos. ¿Víctima o aprendiz?
¿Luchas o aceptas?
La lucha en negar que lo que es, Es, te remite a distanciarte de tu alma. Cuando esto suceda, la Vida te mandará avisos para que vuelvas, una y otra vez, a alinearte con tu verdadero Ser.
La aceptación es integración con el Todo... es un SÍ a la vida. Tener la certeza de que es imposible vivir algo que no tenga que ver contigo; es darte cuenta que no existe mayor benevolencia que la que habita en todo ser humano y que anula, por tanto, cualquier posibilidad de destruir semejante prodigio. ¿Víctima o aprendiz?
Permítete sentir, mirar, escuchar, percibir, ser el Amor, y de esta forma el miedo quedará excluido, pues estas dos fuerzas no pueden vibrar al unísono.
¿Víctima o aprendiz?
¿Víctima o aprendiz?
Vive y deja vivir
Camina de puntillas, pues no se trata de juzgar, criticar o condenar a los seres que todavía dormitan en su sueño, incapaces todavía de ver que no hay ningún mal en el mundo que no sea el generado por la falta de presencia en sus vidas.
Más bien abrázalos con toda tu alma y envuélvelos con ternura, comprensión, compasión y amor, y continúa creciendo en una fe cada vez más pura e inquebrantable.
Recuerda que tú, en algún momento, estuviste en ese mismo lugar. Por este motivo, conoces cuán penoso es vivir desde la carencia de espíritu, ajeno a la abundancia sin límites del Universo. ¿Víctima o aprendiz?
Todos o ninguno
También es sabido que, desde la Unidad que somos, no podemos trascender el halo que nos separa de la Consciencia Universal de a pocos: o lo hacemos todos… o no lo haremos ninguno.
Y es que cada cual tiene su camino, y lo importante es tener presente cual es el propio.
Abona gentilmente tu jardín cada día con la más absoluta humildad y honestidad, y agradece por la bella flor que hoy eres, sin olvidar que primero fuiste semilla y que dispusiste del tiempo que necesitaste para germinar. ¿Víctima o aprendiz?
Espejo del mundo
El mundo está cambiando, y ese cambio, hermano, lo estás haciendo tú junto conmigo y otros muchos. Fieles a nuestra divinidad, continuamos profundizando en las aguas de nuestro Ser interior; aguas que un principio fueron turbulentas, pero que día a día se vuelven más tranquilas y apacibles.
Porque tú eres el espejo de cuantos te rodean, sé el más hermoso de los espejos. De esta forma, todos ellos podrán reconocerse en la belleza sin límites que ya son.
Tú, valiente explorador que eliges aportar luz a tu vida, generas, inexorablemente, que se ilumine la obscuridad que habita en tu hermano. ¿Víctima o aprendiz?
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