Tenemos la capacidad de enfermar y sanar con el pensamiento..
Reprograma tu mente
(Clic para ver en YouTube: Parte 1 y Parte 2)
El pensamiento es una forma de energía, por lo tanto tiene sus mismas propiedades: no se crea ni se destruye, sólo se transforma. El caso es que los seres humanos hemos desconocido este hecho por mucho tiempo. La vibración del pensamiento tiene efectos determinantes para nuestra salud.
En consecuencia, la calidad de nuestra vida depende en gran medida de ser conscientes de ello. Es importante aprender a seleccionar y filtrar la información que habrá de constituir nuestro universo interno, dado que será la proyección que hagamos en el mundo.
Nuestros pensamientos, al igual que nuestras palabras, puesto que los pensamientos no son sino la conversación que mantenemos con nosotros mismos, tienen la capacidad de generar salud y enfermedad. Veamos lo que el dr. Bruce H. Lipton nos expone al respecto.
Bruce H. Lipton
Bruce H. Lipton (Estados Unidos, 1944), ha conseguido aunar ciencia y espíritu. No es poco mérito si tenemos en cuenta lo alérgicos que son los científicos a los temas trascendentales. Lipton, es doctor en Biología Celular y fue pionero en la investigación con células madre.
Sus estudios sobre la membrana celular y las modificaciones de las células según el entorno, sentaron las bases de la nueva epigenética. Sus descubrimientos, que iban en contra de la opinión científica establecida de que la vida es controlada por los genes, junto al estudio de la física cuántica, le han llevado a criticar duramente la medicina convencional.
Toda pregunta tiene respuesta
Usted asegura que la medicina convencional va por muy mal camino. ¿Tan peligrosos son los medicamentos que nos recetan?
BHL: Nos dan medicamentos para la enfermedad, pero esto causa muchos problemas en el cuerpo. Esta medicina basada en la farmacología no entiende cómo toda la bioquímica del organismo está interrelacionada.
Cuando tomo una pastilla química y la introduzco en mi cuerpo, no sólo afecta a aquel lugar donde tengo el problema, sino que afecta a muchas otras cosas a la vez. Son los llamados efectos secundarios. Pero, en realidad, no son secundarios sino directos.
No entienden que el efecto de las drogas no solo crea un efecto sino múltiples efectos. Según las estadísticas en Estados Unidos ¡los fármacos matan a más de 300.000 personas cada año! Y esas personas son muchas más que las que mueren por tomar drogas ilegales.
Hay algo que no funciona en la ciencia médica. Hace algunas cosas bien, como la traumatología, pero está matando a mucha más gente de la que ayuda. Tiene que aprender cómo funcionan las células.
La importancia del entorno
¿Y qué ha descubierto sobre las células que no tiene en cuenta la medicina?
BHL: Yo ya trabajaba con ellas en los años 60. Fui un pionero porque en esa época había muy poca gente trabajando en ello. Y un experimento que hice en esa época cambió la idea que tenía del mundo.
Puse una célula madre en un plato petri, y como cada diez horas se divide en dos, al cabo de dos semanas tenía miles de células, todas idénticas. Luego cogí algunas de ellas, las coloqué en otro plato y cambié el entorno celular (son más como peces porque viven en un entorno fluido).
Cambié la química en ese plato y ahí formaron músculo. Después, cogí otras del primer plato y las puse en un entorno diferente, y se formó hueso, y otras se convirtieron en grasa al volver a cambiar el entorno. Entonces, la pregunta es muy sencilla, ¿qué controla el destino de las células?
Todas eran idénticas, lo único que era diferente era el entorno. Cuando tomo células sanas y las coloco en un entorno nocivo, la células enferman y mueren. Si un médico las mirara, diría: “¿qué medicina hay que darles?”.
¡Pero no hace falta ninguna medicina! Les cambias el entorno nocivo, las colocas en uno sano y saludable y las células sanan. Los humanos somos una comunidad de 50 trillones de células, por tanto, la célula es el ser viviente y la persona es una comunidad. ¡¡El humano es un plato petri cubierto de piel!!
El sistema exterior cambia la química celular
¿Cuál es el entorno de la célula que hay que cuidar?
BHL: Dentro de mí hay 50 trillones de células. El entorno celular para nosotros es la sangre, por ello la composición de la sangre cambia el destino de la célula. ¿Y qué controla la sangre? El sistema nervioso, que crea una química diferente según el sistema exterior. La célula y el ser humano son la misma cosa.
Por ello, si pongo al ser humano en un entorno nocivo también enferma. Si lo trasladas a un entorno sano, entonces sana. Por tanto, la medicina culpa a las células por la enfermedad y trata de cambiar la química de las células, pero ese no es el problema, el problema es el entorno. Y si cambias a la persona de entorno, sin medicamentos, el cerebro cambia la química. El cerebro de la célula y el de la persona leen y entienden el entorno.
Mente interpretativa
En un entorno sano, ¿nos curamos automáticamente? ¿Así de fácil?
BHL: No es tan fácil, porque la mente interpreta. Puede suceder que estemos en un entorno muy sano y que la mente lo lea como un entorno negativo o perjudicial. Entonces crea una química que hará a mi cuerpo enfermar. La diferencia entre la célula y el ser humano, es que éste tiene una mente que hace una interpretación y la célula lee el entorno directamente.
Si metes un programa con errores en la mente, entonces la química que genera no está en armonía con la vida. Y esto nos sirve para entender cómo funciona un placebo. Cambio mi creencia y pienso que esto me va a sanar, tomo una píldora porque creo que esto me va a traer salud, y me mejora y me sana, pero la píldora podría ser de azúcar, en realidad no ha hecho nada, han sido mis creencias. Y a eso lo llamamos pensamientos positivos y efecto placebo.
Efecto placebo
¿Está diciendo que el efecto placebo, creer que algo nos sanará, es más curativo que un medicamento? Pero casi no hay investigaciones sobre ello.
BHL: Así es, tienes razón. ¿Eres consciente de que hay más de una manera de hacer energía, sin tener que depender del petróleo? Pero seguimos dependiendo del petróleo porque no interesa el cambio a los que controlan la energía.
Lo mismo pasa con las empresas farmacéuticas. Venden fármacos y… ¿poder sanar sin fármacos es bueno o malo para la industria farmacéutica? No quieren que sanes sin comprar sus fármacos. ¿Se puede poner energía en una cápsula? Si fuera así, las farmacéuticas intentarían vendértela.
Si puedo sanar sin usar medicamentos, la industria que los produce no gana dinero. Deberíamos poder decir que la ciencia está separada de la industria farmacéutica, pero no es así, porque con el dinero de ésta se paga el desarrollo de la ciencia, y ese dinero sólo va a los estudios que dicen que las drogas funcionan. El dinero controla la ciencia.
¿Cómo funciona la mente?
Explíquenos cómo funciona ese poder que dice que tiene la mente para la autocuración.
BHL: He dicho que la mente controla: si piensa de una manera, se va en una dirección, y si piensa de otra, se va en otra dirección. Por ejemplo, cierro los ojos, los abro y veo a alguien a quien amo. Entonces mi cerebro segrega dopamina, oxitocina, etc. Lo puedo sentir en mi cuerpo, puedo sentir el amor, y esa química trae salud a las células. Por eso, quien se enamora se siente tan bien.
Pero si abro los ojos y veo algo que me asusta, segrego hormonas del estrés. Y estas hacen dos cosas. La primera es que frenan el crecimiento del cuerpo. Porque si me está persiguiendo un león, necesito toda la energía para poder escaparme, y mi organismo apaga todo lo que no sea imprescindible para correr más rápido, así que se paraliza todo lo que tiene que ver con el crecimiento.
La gente no lo sabe, pero tienes que crecer todos los días porque, si no, te mueres. Cada día cientos de billones de células mueren y tienes que ir produciendo nuevas. Cada tres días, el sistema digestivo renueva sus células, pero si se interfiere con ese crecimiento, entonces no puedo estar sano porque estoy perdiendo demasiadas células al día, por eso la quimioterapia hace que se caiga el pelo y crea problemas de digestión, porque mata todas las células, no solo las del cáncer.
La segunda consecuencia de las hormonas del estrés es que se cierra todo aquello que usa energía, y el sistema inmunitario usa muchísima energía: cuando estás enfermo, te sientes muy cansado porque tu energía la está usando el sistema inmunitario.
Coraza protectora
Eso significa que el estrés nos hace enfermar, ¿no?
BHL: Las hormonas del estrés apagan el sistema inmunitario, incluso la medicina usa este efecto en algunas ocasiones. Por ejemplo, si me trasplantaran un corazón, mi sistema inmunitario lo rechazaría. En esos casos, los médicos dan hormonas del estrés y eso impide que funcione el sistema inmunitario.
Es tan claro que suprime el sistema inmunitario que lo usamos como un medicamento. Cuando la persona está bajo estrés, afecta de dos maneras: la primera es que deja de haber crecimiento y la segunda es que se apaga el sistema inmunitario. De esta forma, virus nocivos pueden atacarme fácilmente. Cuando estás bajo mucho estrés, te enfermas.
Y debo decir que, si tomamos una muestra de sangre de cada persona, descubrimos que todos tenemos células cancerígenas. Las tenemos siempre, pero si está funcionando el sistema inmunitario, no pueden crecer. Una vez que se apaga el sistema inmunitario, proliferan. Es como el catarro: no tienes que coger el virus, ya lo tienes dentro. Son organismos oportunistas. El 90 por ciento de la gente que va al médico es debido al estrés, y también el cáncer funciona de la misma forma.
Cuántica
¿Qué es la medicina cuántica o medicina de la energía?
BHL: La primera razón por la que la medicina de hoy es cuestionable, es porque los médicos no saben cómo funcionan las células. La segunda es que la medicina está basada en la física de Newton. No reconoce la energía, esa parte invisible, las señales electromagnéticas.
Pero a principios del siglo XX apareció la física cuántica, que dice que todo es energía, tanto lo que podemos ver como lo invisible. Si miras dentro del átomo, hay electrones, protones y neutrones. ¿Y qué hay dentro de ellos? Energía. La ciencia más reciente indica que el cuerpo responde a la física cuántica, y no a la newtoniania.
La medicina clásica dice que quiere cambiar la química del organismo con drogas, y la nueva medicina dice que hay que cambiar la energía. Y esta nueva medicina, la cuántica, es mucho más poderosa, porque responde primero el campo energético que el físico.
La energía del pensamiento
Si todo es energía… ¿los pensamientos, también? ¿Cómo influyen éstos en nuestra salud?
BHL: La mente es energía. Cuando piensas, transmites energía, y los pensamientos son más poderosos que la química. Esto es lo peor para las empresas farmacéuticas… porque no lo pueden vender. Por tanto, no les interesa una conexión entre la mente y el cuerpo.
Es cierto que las propias creencias se convierten en un campo energético, una transmisión, y ésta se transforma en una señal que es capaz de cambiar el organismo. Así es como funcionaba la sanación antes del desarrollo de la medicina. La gente sanaba con los chamanes, sanaba con las manos… pero eso no puede vender y por eso la medicina no quiere ir por ese camino.
Por esta razón cambié mi carrera. En la universidad enseñaba que hay que curar con drogas, y sabía que eso no era verdad. La medicina lo conoce, pero no habla de ello. Sabe que el pensamiento positivo, el placebo, puede sanar, y también sabe que el pensamiento negativo puede matar. Uno se llama placebo y el otro se llama nocevo.
En realidad, no es que sea positivo o negativo, es la manera de pensar. Si el médico te dice que tienes cáncer, aunque no tengas cáncer, si lo crees, estarás creando la química que generará cáncer. Por tanto, el problema no es tanto el entorno real, sino el que tú interpretas. Por eso no funciona la medicina, porque no reconoce la ciencia cuántica. No mira hacia ahí porque el dinero está en otro lado.
El subconsciente o inconsciente
Usted ha explicado que en la mente, quien realmente tiene el poder es el subconsciente, ¿por eso es tan difícil cambiar hábitos de pensamiento?
BHL: El subconsciente es millones de veces más poderoso y más importante que la mente consciente. Utilizamos el subconsciente el 95 por ciento del tiempo. No lo podemos controlar, pero sí podemos reprogramarlo.
La información del subconsciente se recibe en los primeros seis años de vida. Cuanto aprendiste en esos años, se convierte en el conocimiento fundamental de tu vida. Hay muchos estudios que demuestran que las enfermedades que tenemos de adultos, como el cáncer, tienen que ver con la programación y el entorno que vivimos en los primeros seis años de vida.
Es decir, los niños también absorben enfermedades o actitudes negativas y con ello programan su subconsciente. ¡Qué gran responsabilidad para los padres!
BHL: La gente, cuando oye esto, se preocupa, se culpa. Pero no eres culpable si no sabes que el subconsciente funciona de esta manera. No lo sabían nuestros padres, ni nuestros abuelos ni bisabuelos. Ahora bien, cuando lo entiendes, tienes que cambiar tu manera de vivir, porque entonces sí eres responsable.
Está demostrado que si un niño adoptado vive en su familia casos de cáncer, en su madurez puede padecer cáncer aunque su genética sea diferente. Sería algo así como conducir un coche: si te enseñaron a conducir mal y has automatizado esa forma de conducir, lo más probable es que tengas accidentes.
Si te enseñaron a maltratar tu cuerpo con mala información, destruirás el vehículo de tu cuerpo, cuyo conductor es la mente. En el futuro ha de haber una mejor educación para los niños, incluso en la etapa prenatal.
Reprogramar las creencias
¿Podemos reprogramar el subconsciente para estar más sanos o ser más felices con nuestra vida?
BHL: Los comportamientos que vienen del subconsciente no los percibes y pueden estar haciéndote daño. Quizá te sientes enfermo y echas la culpa a otra cosa. Al cambiar estos programas erróneos en el subconsciente puedes recrear toda tu vida. Hay varias maneras de hacerlo.
Se piensa que cuando la mente consciente registra algo, la subconsciente también filtra esa información, pero no es así. La mente consciente es creativa y la subconsciente trata de todos los hábitos. Si le enseñas al subconsciente algo diferente se lo enseñas también a la consciente, pero no ocurre al revés.
Por ello, la manera de reprogramar es repetir y repetir hasta que se crea un hábito. Si leo un libro de autoayuda mi mente consciente dice: “sé todo lo que hay en el libro y lo aplico”, pero la subconsciente no se entera de nada. Entonces, piensas: “¿por que sé tanto y todavía mi cuerpo no funciona?”.
Los pensamientos positivos, el conocimiento… solo funcionan el 5% del tiempo, pero el 95% son los hábitos que tengo desde mi niñez. Y esa es la razón por la que los pensamientos positivos no son suficientes. Ayudan, pero no ves muchos resultados. Todo sigue igual hasta que no cambias el subconsciente.
Receptores celulares
Con su investigación ha aunado ciencia y creencia, un binomio que evita la mayoría de los científicos. ¿Usted cree en la eternidad?
BHL: Absolutamente, sí. No hay dos personas iguales, y lo digo desde el punto vista biológico. Si cojo mis células y las traslado a tu cuerpo, no soy yo, el sistema inmunitario las rechaza. Las células tienen una especie de antenas en miniatura. Son receptores y algunos son autorreceptores.
Tú tienes diferentes autorreceptores a los míos. Pero los receptores reciben las señales del entorno. Si corto esos receptores, la célula no tiene ninguna identidad, porque no le viene de adentro sino de afuera. Para explicarlo de forma gráfica, diría que el cuerpo es como un televisor: mis antenas captan y reproducen el programa televisivo de Bruce.
Esos receptores recogen esa transmisión. Si estoy viendo la tele y se estropea el tubo de la imagen, ha muerto el televisor, pero sigue la transmisión. Así que cojo otra, la enciendo, conecto el canal y vuelvo a ver el programa de Bruce, pero en otra tele, o lo que es lo mismo, en otro ser.
Si ese ser tiene los mismos receptores que tienes tú, volverás a estar trasmitiendo lo mismo, pero en otro cuerpo. Esto explica la reencarnación. es decir, el cuerpo puede ir y venir pero la transmisión siempre está ahí.
Cuerpo y espíritu
¿Eso le hizo creer que tenemos espíritu?
BHL: Nunca había creído en el espíritu, pero cuando comprobé esto en la célula me cambió la vida entera. Las preguntas que me planteé son: «¿por qué esa duplicidad?, ¿por qué tener un espíritu y un cuerpo?» Y las respuestas vinieron de mis células: si solo existiera el espíritu, ¿a qué sabe el chocolate?
Sólo con la parte espiritual, ¿cómo vivir una puesta de sol?, ¿qué se siente cuando se está enamorado? Todas esas sensaciones vienen de las células del cuerpo, que puede oler, sentir, tener experiencias. Recoge todo eso y lo transmite al cerebro. Se convierte en vibraciones y lo transmite a la fuente del ser. Si se muere mi cuerpo, mi fuente de ser y mi espíritu tienen la memoria hasta que tenga otro cuerpo.
La lección más importante es que estar vivo es un regalo, una alegría por todo lo que podemos sentir. Cuando hagamos eso, todo el mundo estará sano.
CREA TU VIDA y NO la «impuesta» por tus ancestros
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