SOMBRA: ¿Enemiga o Aliada? (Parte 2)

Podemos contemplar la sombra como enemiga o aliada: lo primero nos mantiene prisioneros, lo segundo nos libera (Parte 2).

 

Soy un Ser completo, me reconozco en mi Sombra y mi Luz

 

¡Hola amigo, hola amiga! Sé que concluí el primero de los artículos dedicados a la Sombra instándote a que hoy estuvieras aquí, recreándote, espero, con la lectura de este post, a fin de que conocieras las diferentes maneras en que tiende a manifestarse nuestra parte oscura.

Sin embargo es tanta la información que quiero compartirte sobre esta fascinante temática, que finalmente he resuelto redactar una trilogía para abordar esta cuestión (¡que sí, te aseguro que en el próximo tendrás lo prometido!).

¿Comenzamos?

 

«Había un hombre que se alteraba tanto al ver su propia sombra y le disgustaban tanto sus propias pisadas, que decidió liberarse de ellas.

 

Se le ocurrió un método: huir. Así que se levantó y echó a correr, pero cada vez que ponía un pie en el suelo había otra pisada, mientras que su sombra le alcanzaba sin la menor dificultad. Atribuyó el fracaso al hecho de no correr suficientemente deprisa. Corrió más y más rápido, sin parar, hasta caer muerto.

 

No comprendió que simplemente con ponerse en un lugar sombreado, su sombra se desvanecería, y que si se sentaba y se quedaba inmóvil, no habría más pisadas».

 

Chuang Tzu (s. IV a.C.)

 

¿Qué piensas del protagonista de esta parábola? ¡Tratar de escapar de su propia sombra! ¿Te sonríes ante su ignorancia? ¿No? Haces bien, porque este personaje cobra vida en todos nosotros.

Sí, me dirás que cuando tú caminas y ves tu sombra aceptas que ésta haga lo propio a tu lado. Quizá de niño incluso jugaste con ella, divirtiéndote con su manera de estar o desaparecer, y con las formas en que lo hacía dependiendo de la luz que la proyectara. La sombra, fiel compañera de viaje, siempre contigo incluso cuando no la ves.

Atrás quedó la inocencia del niño, cautiva en todo aquello que fue negando mientras se moldeaba en el adulto que la familia y la sociedad esperaba. Creció entumecido por temores y creencias, y con el paso del tiempo aprendió a juzgar y a criticar lo que sus benevolentes espejos le mostraban, con la intención de sofocar la frustración que él mismo se infringía.

Desde entonces luchas e intentas deshacerte de tu sombra, en lugar de admitir que forma parte de ti. ¿Por qué no recobrar la sencillez, decir sí a la sombra, seguir jugando con ella, aceptarla? Cuando acoges amorosamente lo que fue rechazado, recompones las piezas de un corazón dañado.

 

 

Nunca conseguirás escapar de ti mismo

La lógica ilógica del ser (con minúscula) humano es correr despavorido de su sombra, al igual que el personaje del escrito. ¿Por qué crees que hay algo malo en ella? Tu miedo, tu envidia, tu vergüenza, tu inseguridad, tu rabia, tu odio, tu desconfianza… quiere mostrarte ese aspecto tuyo que rechazas. Todo ello constituye tu sombra. 

Ahora bien, la sombra solamente es sombra. Volvamos al ejemplo que pone de manifiesto la parábola. En cierto modo la sombra es y a la vez no es. La sombra es inmaterial, la existencia se la otorgas tú, ser corpóreo. La sombra es ausencia, tú eres presencia. En la unión de ambos polos reina tu Ser.

«Había un hombre que se turbó tanto al ver su propia sombra y le desagradaron tanto sus propios pasos, que decidió desaceres de ambas cosas» ¿Y a ti, qué es lo que te molesta o te turba? ¿Qué te desagrada de tus propios pasos? Pasos que, por otro lado, son los que te han llevado a ser lo que hoy eres, a cuestionar tu vida, a mirar hacia dentro.

Ayer ya pasó, mañana no existe, eres este momento.

De nada sirve huir. ¿Crees que dándole la espalda a la oscuridad conseguirás escapar de ti mismo, o que alejándote de los problemas éstos desaparecerán, o que llenando tu mente de quehaceres, prisas, podrás dejar de lado tu verdadero sentir? Mientras tanto el tiempo corre y tu vida pasa sin ser vivida, porque inevitablemente la muerte en algún momento llamará a tu puerta.

A lo que resistes, persiste

¿Estás dispuesto a aceptar tus partes oscuras? Oscuras no porque sean malas o feas, sino porque tú no les has llevado todavía tu luz. Eso que tú llamas defectos, vicios, debilidades y fracasos guardan en sí mismos un auténtico tesoro. ¿No crees que es maravilloso poder experimentar la satisfacción de ser tu mismo?

Esta frase del psicoanalista Carl Gustav Jung me viene como anillo al dedo. Efectivamente, fortaleces todo aquello a lo que opongas resistencia. El efecto conseguido es, pues, contrario al deseado. De esta forma la sombra va engordando, y por ende la proyección cada vez es más evidente y rotunda.

 

Sombra: ¿enemiga o aliada? (parte 2)

 

Puedes negarte a ver tu sombra o a reconocerla, pero en absoluto esto hará posible que te desprendas de ella. Es más, mientras te mantienes en esta tesitura te comportas como un ser incompleto, es decir, necesitado del otro. Y este es un ingrediente básico del dolor, sufrimiento, dependencia, frustración, exigencia, incomodidad, intransigencia… que vienes experimentando.

El amor se construye entre seres enteros, no entre dos mitades que se necesitan para sentirse completos.

 

Jorge Bucay

Si te rechazas tropezarás con personas que te ignoren o repriman, si te invalidas sortearás reproches o exigencias, y así podríamos proseguir con un largo etcétera. El juicio perpetúa la sombra, siendo que, al mismo tiempo, las situaciones y personas que atraigas desde tu creencia inconsciente verificarán tu percepción errónea.

Inconsciente biológico

El personaje de la parábola prefirió «huir de su sombra y sus huellas». Ante una amenaza o peligro el inconsciente biológico baraja tres posibilidades: luchar, huir o hacerse el muerto Por tal motivo, cada vez que surge un problema y reaccionamos en función de los programas biológicos de supervivencia, o luchamos contra él, o huimos de él, o nos paralizamos.

Ni que decir tiene que cualquiera de estas alternativas es incorrecta, porque tanto si luchas, como si huyes o permaneces inmóvil:

  • El problema no solo proseguirá, sino que además será cada vez más acuciante. ¿Recuerdas…? A lo que resistes, persiste.

  • Haces del problema algo externo, ¡como si no tuviese nada que ver contigo! Falso. Ahora sabes que se trata de tu percepción: el problema está dentro y nunca fuera de ti.

  • La emoción reprimida, tarde o temprano, resurgirá con mayor impulso.

Repito, jamás escaparás de ti mismo. El miedo, la rabia, la tristeza, la inseguridad, la envidia… irá tras tuya adonde quiera que vayas. Es tu sombra. De nada te servirá hacer como si no estuviera.

Los pensamientos que te incitan a actuar de esta forma son tan solo objetos en tu mente, y como tales puedes desplazarlos e intercambiarlos por otros cuando así lo decides. La cuestión es, ¿estás dispuesto a hacerlo, o continuarás huyendo?

Limitaciones autoimpuestas

Miedos y Creencias

Las críticas que emitimos hacia nuestro entorno, ya sean positivas o negativas, expresan nuestras propias limitaciones. La autoimposición de estas barreras nos genera frustración, sin embargo, al actuar desde el inconsciente, es decir, al pasar inadvertidas a nuestros ojos, las proyectamos en forma de críticas hacia lo aparentemente externo.

Somos un cúmulo de miedos y creencias, y aun así damos por sentado que la Vida es tal y como la percibimos. Acostumbramos a creernos en lo cierto, en saber la verdad; de hecho, nos sorprendemos y hasta nos enfadamos cuando alguien piensa de manera diferente… ¡y, por supuesto, el equivocado siempre es el otro!

Mirarse en el espejo del otro, con la certeza de que efectivamente ese otro me devuelve la proyección de mis pensamientos, sentimientos y emociones, es acoger con humildad y compasión eso que también yo soy, y que si algo me molesta o agrada en demasía, es momento de integrarlo como propio.

 

Sombra: ¿enemiga o aliada? (parte 2)

 

Sustituye el debo / puedo hacerlo, por quiero hacerlo

Ahora podrías cerrar los ojos y dejar que viniera a tu mente una imagen donde hayas emitido un juicio contra alguien, aunque únicamente fuera con el pensamiento (por si el ego espiritual se defiende…). Cambia la segunda o tercera persona en qué lo expresas y sitúa el «yo» delante de la conducta o acción criticada.

  • ¿Qué te dices a través de tu espejo?
  • ¿Qué te obligas a hacer o a dejar de hacer cuando en realidad quieres hacer lo contrario?
  • Y por último, ¿qué peso tiene en ti el sentido del deber?

Nos desenvolvemos en un mundo dual. Las creencias son pilares, sería inútil concebir la vida en el planeta Tierra sin ellas; ahora bien, esto no significa que no podamos sustituirlas. Cambiar una creencia conlleva renunciar a algo, puesto que ese algo ha sustentado dicha creencia. Lo importante es saber que la intención positiva de la creencia, que siempre la tiene, puede obtenerse con otra que en lugar de restar, sume a tu desarrollo evolutivo.

Las creencias existen para ser cuestionadas, y si profundizas en tu Transgeneracional, te darás cuenta de que en algún momento, para alguien esa fue la solución a un sufrimiento. Los juicios y críticas nos ayudan a saber más de nosotros mismos, y por ende de nuestro árbol, mostrándonos partes nuestras que desconocemos. La Vida te presenta los espejos adecuados para ti, no para que reniegues de ellos, sino para que gracias a ellos te ames.

Eres perfecto tal y como eres

Te miras en el espejo… a menudo sin verte realmente. Un otro, frente a ti, expresa «yo soy tú», pero solamente apruebas la parte que ya has reconocido como propia. Sin embargo, esa otra que duele y con la que inconscientemente te torturas, la rechazas.

Cuando te aceptas sucede algo mágico, porque al integrar la sombra no sólo prescindes de la aprobación de los demás, sino que además es cuando más aprobación recibes. Tú eres todo y eso es suficiente, y de la misma manera que nadie puede ser tú, tú tampoco puedes ser otro. Eres único e irrepetible, nunca habrá otro igual.

Cuán sencilla se vuelve la vida cuando dejas de intentar ser lo que no eres.

 

La Voz Interior, Eileen Caddy

La divinidad es tu esencia. Es del todo imposible ser nada que no seas, sólo puedes ser lo que ya eres. Cuanto vives y experimentas es un movimiento centrípeto hacia el Ser que ya eres, y que culmina en el más absoluto reconocimiento de que siempre así ha sido. 

 

 

Aceptaste y fuiste aceptado por el clan donde elegiste nacer. La existencia te creó perfecto para la misión para la cual encarnaste. Únicamente resta que tú mismo te aceptes. Tu Ser no tiene ni fallas ni errores, no le falta ni le sobra nada. 

Reflexiones

Nadie es responsable de lo que piensas y sientes. El resto del mundo te hacemos de espejo para que te veas en nosotros. Tus debilidades y fortalezas te pertenecen, unas y otras te hacen ser quién eres: un Ser completo.

Finalmente el ser humano anhela sentirse libre… ¡libre de mostrarse, de ser uno mismo! Cuando dejas de mirar envidiando, odiando, rechazando a un otro que te muestra tu sentimiento de falta, entonces y sólo entonces podrás alzarte sobre el ego dañado, tu niño herido, y respirar libertad.

Tú, a la vez, eres espejo de los otros. Tus familiares, amigos, conocidos… en fin, todo aquel con el que entras en contacto se ve en ti. ¿Qué imagen quieres sembrar en ellos? ¿Construyes o destruyes con tus palabras, tus miradas, tus gestos?

Sólo cuando te relacionas contigo mismo sin máscaras, con amor y aceptación, adquieres la capacidad de relacionarte con el resto del mundo en completa paz. Una vez te mueves en tu oscuridad siendo uno con tu sombra, aceptas y miras con benevolencia la sombra ajena..

 

Cuanto vives es mera ilusión.

Nada ni nadie puede hacerte daño… salvo tú mismo.

 

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2 comentarios en “SOMBRA: ¿Enemiga o Aliada? (Parte 2)”

  1. Gracias, gracias , gracias.
    Conforme voy aprendiendo y Despertando, y comienzo a entender como funciona esto del espejo. Pero entonces mi ego me culpa por ser todas esas «cosas malas»… que me ha costado tanto verlas y admitirlas.
    Por suerte esto era al principio, ahora soy más tolerante conmigo misma.
    La trampa en mi proceso ha sido esa: para sanar hay que rascar y ver programas que no te gustan, luego empiezas a reconocer tímidamente que están y son tuyos, luego me culpo por tenerlos, o por haberme equivocado, ( me ha costado mucho entender que venimos a aprender y el fracaso forma parte de ese aprendizaje). Por suerte, ahora ya lo veo más claro, aunque aún me queda camino por recorrer.
    Gracias por este texto tan claro y entendible.

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