En el Universo nada se pierde ni se gana, como tal, la información se transforma: Transgeneracional, sana tu Árbol.
Raíces
En el Universo todo es información, nuestro árbol genealógico es información, nosotros somos información. La información necesita ser expresada, continuada, puesto que al igual que la energía ni se crea ni se destruye, solamente se transforma. El Transgeneracional o Árbol Genealógico tiene su propio sentido biológico: la información ha de mantenerse hasta ser liberada y trascendida. Los descendientes nacemos para hacer esto posible.
El dolor que fue acallado tiende a repetirse en el árbol, generación tras generación, hasta que alguien tome conciencia de ello y aporte una nueva información. Me refiero a temas tales como tragedias, asesinatos, violaciones, mu
Hologramas
Comencemos por decir que cada miembro de una familia lleva íntegra la información de su clan. Después, si profundizamos, veremos que estamos vinculados a unos o a otros ancestros en base a algunos rangos que lo determinan, entre los que se incluyen la fecha de nacimiento, nombre, parecido físico, comportamiento, profesión, enfermedades, etc.
¿Y por qué es así? Porque además de lo que vemos también heredamos lo que a nuestros ojos pasa desapercibido (secretos). Recordemos que el objetivo de la vida es la supervivencia… ¡y qué mejor herencia que cedernos aquellas creencias que les ayudaron a proseguir su camino, así como las que debieran haber adoptado para culminar sus logros como hubieran deseado!
Todo lo que no expreses se convertirá en tu destino.
Carl Gustav Jung
Sin embargo, no todo lo que para ellos fue válido ahora lo es para nosotros. En muchos casos, su forma de pensar y actuar supone un límite a nuestro crecimiento además de minimizar nuestra calidad de vida. ¿Qué hacer entonces con esas situaciones que atraemos repetidamente a nuestra vida?
Veamos un ejemplo
Supongamos que, después de muchos años de sacrificio, tu abuelo se hizo con unas tierras que más tarde perdió de manera injustificada. Tú, relacionado con él por fechas, vas a invertir cada céntimo que consigas en adquirir propiedades. Es como si el abuelo te estuviera diciendo al oído: «atesora todas las tierras que puedas y no las dejes perder».
Continuando con el ejemplo, si tu aprendizaje pasa por reparar el sufrimiento de tu abuelo, muy posiblemente la vida te ponga en la tesitura de quedarte sin las propiedades. En tal caso podrías expresarlo con una enfermedad (quizá un infarto por ser la fase de solución a un conflicto de pérdida de territorio), o con la experiencia de vivir en la más absoluta pobreza, tal y como a él le pasó, en tanto en cuanto esta información permanezca en la sombra (secreto).
Esta imagen muestra una parte de mi numerosa familia paterna. Mi padre, el más pequeño de doce hermanos (diez vivos más dos abortos), es el pequeño de medias largas que queda hacia el centro de la fotografía.
Tu vida tiene un para qué
El motivo de que tú ahora vivas estas circunstancias es para que sientas en carne propia el gran sufrimiento e incomprensión que experimentó tu abuelo. Tal vez te preguntes «¿para qué?» Bien, la respuesta es para que tú, conociendo en primera persona su desdicha, puedas hacerle llegar tu compasión y comprensión junto con el reconocimiento, fuerza, seguridad, confianza… que él no tuvo.
Cuando tomas conciencia y entiendes que nada es casual, y que lo vivido forma parte de un perfecto engranaje universal que te aporta el aprendizaje que elegiste asumir en esta vida, además de liberarte tú, liberas a tu ancestro y a toda tu descendencia. Por esta razón el árbol se sana de ese sufrimiento y deja de existir la necesidad de repetirlo.
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Estudiosos del Transgeneracional
Considero importante ofrecer un merecido reconocimiento a las personas que hicieron posible que esta joya haya llegado a nuestras manos.
No está suficientemente esclarecido si los primeros estudios sobre el Transgeneracional, Metagenealogía o Árbol Genealógico se deben al multifacético maestro Alejandro Jodorowsky o a la doctora Josephine Hilgard. Bien es cierto que es ésta última quien publica, dentro de una revista estadounidense de psiquiatría científica en el año 1953, el artículo que lleva por nombre «El síndrome del aniversario».
Desde entonces han sido muchos los que han profundizado y ampliado los conceptos de esta herramienta; baste nombrar a la doctora Anne Ancelin Schützenberger, que nos deja como legado su magnífico libro «¡Ay, mis ancestros!».
Las últimas aportaciones, tras más de 2000 casos clínicos probados científicamente, han venido de la mano de la Universidad McGill, de Montreal (Canadá), en lo que se ha dado a conocer como la Epigenética Conductual. Esta ciencia nos demuestra que cada ser humano lleva en una parte de sus genes todas las experiencias de sus antepasados.
Epigenética Conductual
.Desde hace años tenemos asumido que somos portadores de una información genética, por la cual heredamos aspectos físicos y comportamentales puesto que está inscrita en nuestras células.
La Epigenética Conductual abarca mucho más; de hecho el término «epigenética» quiere decir «más allá de la genética». Este nuevo avance de la ciencia certifica muestra cómo la información se encuentra adherida a la célula, y NO dentro de ella, en un componente estructural de la misma llamado radical o grupo metilo (CH3-).
El radical metilo, componente estructural de moléculas orgánicas que utiliza el núcleo de las células, facilita la decisión del tipo de célula que será: si una célula del hígado, del corazón, neuronal… Es decir, es el radical metilo el canal que nuestras células siguen para encontrar su mejor lugar de emplazamiento, y por ende la función correspondiente que han de cumplir dentro del organismo.
La información a la que hace referencia registra el cien por cien de las historias vividas por nuestros antepasados. Heredamos la colección de emociones sentidas en nuestro clan o sistema familiar, desde aquellas que tomaremos como recursos (fortaleza, paz, libertad, compasión…), como esas otras dramáticas (miedo, soledad, ira, amargura, tristeza…).
Libre albedrío
Esto quiere decir que las experiencias traumáticas de nuestros ancestros abren unas heridas moleculares que, adheridas al código genético (ADN), viajan de generación en generación. Los estudios de la Epigenética Conductual corroboran científicamente que, sin ser conscientes de ello, repetimos historias o programas de nuestros antepasados.
¿Todavía crees que eres tú quién toma decisiones, o que son las decisiones las que te toman a ti? Ten la plena certeza de que nada sobra ni nada falta, en la Naturaleza no hay cabida para las equivocaciones. Mira a tu alrededor… todo es perfecto tal y como es. El Árbol necesita de tu Amor. El Árbol necesita de tu Paz.
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¡Tú eres el elegido! Por favor, ruego trates de verlo no como una carga sino como un privilegio. A través de estos aprendizajes evolucionas, trasciendes. Las experiencias que la vida te pone de frente, son réplicas exactas de aquellas que vivieron tus ancestros… únicamente cambia el decorado del escenario.
Su liberación es parte de tu evolución
Se te da la oportunidad de que, ante una misma circunstancia, elijas una manera de actuar diferente a cómo lo hiciste hasta ahora. Tienes el poder para restablecer la armonía tan deseada del clan. Experimentar la Libertad en tu vida. Sanar el sufrimiento pasado. Quitar las piedras obsoletas del camino que transitarán tus hijos.
Ten presente que resonamos con el Universo, y si tú estás donde estás, viviendo lo que estás viviendo, es porque eres el heredero perfecto capaz de trascender el conflicto. Tú escogiste tu árbol, con sus miedos, sus angustias y sus particulares necesidades biológicas no satisfechas, y él te eligió a ti.
Eres en base a tu código genético (ADN). Y aunque el radical metilo (= información) interfiere en el código genético, recuerda que NO forma parte de él, sino que se desarrolla a su alrededor para que, trascendiendo la información heredada, aportes la paz y la libertad que tus antepasados necesitan.
Todo el mundo debería conocer su árbol genealógico. La familia es nuestro cofre del tesoro, o nuestra trampa mortal.
Alejandro Jodorowsky y Marianne Costa
La sanación del árbol no deja de ser por tanto uno de los motores de supervivencia. Como seres humanos estamos programados a vivir determinadas experiencias de acuerdo a la información inconsciente que nos estructura. Esta información resulta ser muchas veces el inconveniente para disfrutar de la vida tal y como merecemos.
Un viaje sin retorno
Te aseguro que este intenso, profundo y renovador viaje a través del Estudio del Proyecto Sentido Gestacional, del Árbol Genealógico o Transgeneracional y de la terapéutica de Sanación del Niño Interior, supone un antes y un después en tu experiencia de vida:
- Halla los conflictos asociados a esto que te aqueja, ya sea:
- Patología física (síntoma o enfermedad).
- Alteración del comportamiento (adicciones, anorexia, bulimia, fobias, etc).
- Hechos que se repiten como desórdenes de pareja, infertilidad, problemas económicos, etc.
- Y, en rasgos generales, a la actitud con la que afrontas tu vida.
- Comprende por qué y para qué de estas experiencias. Esta toma de conciencia es la que te permite desactivar tus programas limitantes y liberarte de las repeticiones. Además, mediante la nueva información que aportas a tu clan, también liberas a tus antepasados y descendientes.
- Recupera el poder sobre tu vida. Nada tienen que ver las situaciones que experimentas mientras andas en automático, dormido, a las que gratamente te esperan cuando despiertas. Tú eres el hacedor de tu vida.
- Hazte consciente de que tu vida es el efecto de una causa interna, y por lo tanto ni el cuerpo se pone enfermo porque sí, ni las situaciones que tú etiquetas como problemáticas vienen a fastidiarte. Cuánto vives conforma el camino de tu aprendizaje.
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