La gripe y el resfriado se relacionan con enfados dentro del territorio.
¡Estoy hasta las narices!
En esta ocasión trataré el resfriado y la gripe, enfermedades que se acentúan en determinadas épocas del año. En su estudio desde la © Descodificación Biológica Integrativa (DBI) veremos que su aparición no tiene nada que ver con las creencias: “he cogido frío”, “me dio un mal aire”, o “comenzó mi hijo y nos contagiamos todos”.
Lo que crees, creas. ¡Qué importante poner atención a nuestro diálogo interno!
La capa embrionaria afectada es la del ectodermo, cuyos conflictos asociados son los de separación: bien porque no tengo el contacto que quiero, o porque rechazo el que tengo. En esta capa, los síntomas devienen en la fase de reparación, una vez se ha resuelto la situación conflictual.
Ambos procesos por tanto, resfriado y gripe, hacen referencia a la dificultad de relacionarnos, a sentir el espacio vital invadido o amenazado, y a los enfados dentro del territorio.
La lógica bioLógica
Si analizáramos en detalle el hecho de que el resfriado y la gripe aumenten en la etapa invernal, nos daríamos cuenta que todo tiene su lógica y su «para qué”:
- Durante este periodo tendemos a permanecer más tiempo en espacios cerrados. En consecuencia mantenemos una mayor relación (= mayor contacto) con las personas de nuestro entorno, nos sintamos mejor o peor con su presencia.
- Igualmente sucede con las fiestas navideñas. ¿No es curioso que después de estas fechas andemos un tanto griposos o acatarrados? ¿Por qué hemos de compartir mesa con ese familiar que tanto nos desagrada? En lugar de considerar nuestros sentimientos los obviamos, puesto que nos han enseñado a ser políticamente correctos. Lástima que nuestra biología no piense lo mismo.
- De una manera u otra la emoción pulsa por salir, alimentando con ello la sombra que vomitamos de forma proyectiva. Nuestros espejos tan solo nos devuelven la inseguridad, enfado, tristeza, angustia… que hemos reprimido en nuestro interior.
Por otro lado, te comentaré que los contagios no son otra cosa que el ambiente compartido por individuos que se han resignado a no expresar su malestar. Quiero especificar que no se trata de enjuiciar o culpar al otro, por supuesto , de no ser por él, ¿cómo te reconocerías? Se trata de aprender a poner límites, y sobre todo, de aprender a serte fiel a ti mismo.
En resumen, ambas sintomatologías se corresponden con repetidos conflictos familiares(1) breves pero violentos. Dependiendo de su intensidad hablaremos de un simple resfriado, o de una gripe e incluso, como veremos más adelante, de algo más severo como la bronquitis.
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(1) Ten en cuenta que en todos los casos nos referimos a la familia real o simbólica.
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Resfriado
El resfriado hace alusión a la inflamación de la mucosa nasal, que sobreviene como solución biológica al conflicto que no he podido o no he sabido resolver desde la psique. Entre sus síntomas se encuentra la obstrucción nasal, irritación de nariz y/o de garganta, afonía, tos, dolor de cuello, estornudos, secreción nasal, enfriamiento, dolor de oídos, ojos llorosos y fiebre.
Nuestro cuerpo utiliza su peculiar manera de expresión únicamente cuando retenemos y/o bloqueamos la emoción visceral, esa que se retuerce en nuestras entrañas. En el tema que hoy nos ocupa la emoción en cuestión suele ser la tristeza, si es que nos hemos sentido apartados, o la rabia ante la imposibilidad de hablar, de ser atendidos o si nos hemos sentido rechazados.
Sintomatología y resentires
- Obstrucción nasal: “aquí me huele mal”, “quiero apartarme de esta situación”.
- Irritación de nariz: «¡ya está bien de tocarme las narices!«
- Irritación de garganta: “esto no me lo trago”.
- Afonía: “mejor me callo”, “no tenía que haberle dicho aquello”.
- Tos: la tos viene a ser como un ladrido, con el fin de ahuyentar o mantener lejos al predador. «tú, ni te me acerques«.
- Dolor de cuello: impotencia y desvalorización. «no se tiene en cuenta mi opinión«, «de nada sirve lo que yo diga«.
- Estornudos y secreción nasal: Desear sacar algo sucio. “no me gusta cómo se están poniendo las cosas«.
- Enfriamiento: “me siento como si me hubieran echado un jarro de agua fría”, “me siento sola, nadie me apoya”.
- Dolor de oídos: “esto que dices me duele y no lo quiero escuchar”.
- Ojos llorosos: “no me gusta esto que veo”.
- Fiebre: «no me presta atención«, «me quedé helado«.
No te enfadas por lo que crees que te enfadas
La fiebre hace alusión a un enfado acumulado. Su sentido biológico es que tú a ti mismo te des el calor que necesitas y no estás recibiendo (abrazos, atención, mimos, cuidados…). Como ves, nuestra biología responde a nuestras pensamientos, sentimientos y emociones.
Me resfrío si «estoy harto de que siempre haga lo mismo, una y otra vez», o cansado (dolor muscular) porque «cargo con algo que no quiero», o preocupado en exceso porque «tengo que controlar para que las cosas se hagan bien» (dolor de cabeza).
Sea como fuere, el caso es que me siento enojada y no precisamente por lo aparentemente está pasando: el enfado es conmigo misma. La realidad refleja mi incoherencia, mi falta de amor por mí, cada vez que digo o hago contrariamente a lo que siento y pienso.
Gripe
La sintomatología de la gripe principalmente expresa ira sofocada. A saber:
- Tomo demasiado en cuenta las opiniones de los otros: sería el caso de la persona que se lo toma todo a pecho («sé que lo dijo por mí«).
- Tengo miedo a reaccionar bruscamente, a perder los papeles: «he tenido que contenerme«.
- Soy incapaz de defender mi postura, mi punto de vista: “siempre se sale con la suya”.
Al igual que el resto de enfermedades, el proceso gripal es bifásico:
- Fase activa o simpaticotónica: sucede mientras estamos inmersos en la situación estresante. Nuestra biología se mantiene alerta, preparada para atacar o huir. Esta fase es asintomática.
- Fase de reparación o parasimpaticotónica: el conflicto queda resuelto. Es en esta segunda fase cuando se desencadenan los síntomas de ambas enfermedades, y simultáneamente la sensación de abatimiento general necesaria para facilitar la restauración de todo el sistema.
La biología siempre nos aporta la mejor solución
¿Te has preguntado alguna vez por qué si el virus de la gripe anda pululando en el ambiente, y por lo tanto en contacto con toda la población, unos se ven afectados y otros no? Veamos la respuesta.
La Cuarta Ley Biológica del dr. Hamer demuestra la evidente contribución de las micobacterias en los procesos de reconstrucción orgánica. Como decíamos, si bien el virus de la gripe está al alcance de todos, únicamente tendrá libre acceso en aquellos casos en los que se necesiten «sus servicios».
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Esto quiere decir que el virus ingresará tan solo en el organismo de aquel que haya sentido su territorio invadido o amenazado… y acabe de resolver dicho conflicto. ¿Y que ocurre cuando no hay virus? En este caso el individuo en cuestión se verá afectado por una bronquitis, cuyos síntomas son más severos que los que acompañan al proceso gripal.
Soy consciente de mis emociones
Acostumbramos a vivir la vida en modo pasado o futuro, y obviamos lo que verdaderamente importa: el momento presente, el único momento en el que estamos siendo. El presente nos invita a ir hacia nuestro interior. Abrirnos a sentir nuestras emociones es una excelente herramienta para saber de las creencias que esculpen la manera en la que interpretamos la vida.
Uno de los mayores handicaps en nuestro camino es la gran expectativa que ponemos en los otros, cediendo con ello nuestro poder. Cada vez que esperamos algo de alguien con frecuencia nos decepcionamos, frustramos o enfadamos, porque lo más probable es que ese alguien no se comporte como nosotros hubiéramos deseado que lo hiciera (exceso de control).
Prueba a no esperar nada de nadie, deja que la vida fluya, acepta que cada cuál sea cómo realmente es, y emplea tu energía en observarte. Nos reconocernos a través de nuestras relaciones. ¿Qué es lo que te gusta de lo que ves, y qué estás rechazando y/o juzgando? Dale la vuelta: todo habla de ti.
Tú puedes hacer mucho en tu vida, de hecho, eres la única persona que puede hacerlo. Tal y como decía Einstein…
Una vez comiences a cambiar tú, también lo hará tu universo.
Gracias por compartir los excelentes artículos publicados. Bendiciones!
Gracias por recibirlos 🙂