Obesidad y Sobrepeso: Conflictos biológicos

La obesidad y el sobrepeso nos hablan de soledad y abandono.

 

Tengo hambre de amor

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La palabra alimento proviene del latín alimentum, que significa “cosas que se comen o beben para crecer y subsistir”. Gracias al estudio de las 5 Leyes Biológicas encuadradas en la Nueva Medicina Germánica (NMG), entendemos que el alimento que ingerimos mantiene una estrecha relación con el alimento emocional, por lo que la obesidad tiene que ver con el hambre de amor, afecto, atención, cercanía, reconocimiento.

El sobrepeso y la obesidad se definen como una acumulación anormal o excesiva de grasa o agua que puede ser perjudicial para la salud. Y es que si bien en un principio la función de la alimentación fue puramente la de sobrevivir, hoy en día se ha convertido en una fuente de placer que, en su exceso, termina generando dolor o culpa. Recuerda que estos síntomas pueden menguar y/o remitirse.

Resorte biológico

Al igual que ocurre con el resto de síntomatologías, la obesidad y el sobrepeso se manifiestan tras vivir en soledad una única situación dramática e inesperada, o varias que hicieron rebosar el vaso, que tienen como raíz el Síndrome de Abandono (real o simbólico). Esto quiere decir que la persona siente que no hay nadie que la alimente y proteja del predador y que, por lo tanto, se ha de proteger a sí misma.

Recodemos que somos seres biológicos, y por ende nuestro organismo responde de la misma manera que sucede en el reino animal. La madre leona, por poner un ejemplo, aporta protección y seguridad a su cría a través de su compañía y alimento. De no ser así, la cría muere.

Sentirse abandonado, real o simbólicamente, hace que de manera biológica e inconsciente se active la alerta de peligro. En consecuencia, ante la falta de alimento, el organismo genera reservas alimentarias almacenando grasa. Paralelamente, esta sensación de abandono que induce a sentirse lejos del medio (= madre), conlleva el cierre de los túbulos colectores del riñón con el fin de retener el agua para la supervivencia (retención de líquidos).

Intención positiva

Y es que tras todo síntoma se encuentra una intención positiva, aunque consciente y aparentemente no encontremos una justificación para estos kilos de más. El síntoma es la mejor respuesta que mi cerebro ha encontrado, como solución a las situaciones que han atentado contra mi supervivencia.

En la mayoría de los casos, la obesidad y el sobrepeso expresan una gran carencia afectiva e insatisfacción sexual. La comida, entonces, se convierte en un paliativo de la insatisfacción, sea ésta del tipo que sea.

Estos síntomas se alimentan de soledad y tristeza, del sentimiento de rechazo, fracaso e impotencia ante las burlas, humillaciones, traiciones… recibidas, y de las ideas negativas acerca de uno mismo o de la vida en general. 

La única dieta efectiva pasa por abstenerse de mantener pensamientos del tipo «no soy capaz«, «yo no me merezco nada bueno«, «soy un inútil«, «no valgo«, «no sirvo«, «¡dónde voy con este cuerpo!«, etc.. Todo este diálogo interno, la mayoría de las veces inconsciente, reactiva una y otra vez el estrés y una gran desvalorización.

Tu actitud define tu biología

Hay un tipo de personas para las que lo prioritario es ahorrar, no gastar ni un solo céntimo, y lo que hacen es acumular y acumular. La obesidad viene a ser la manifestación biológica de esa actitud, del miedo con el que se vive pensando en que algún día pueda faltar. Se podría decir que la grasa se convierte en un seguro a todo riesgo.

En ocasiones, tras la obesidad se esconde una madre dominante, posesiva, que mantuvo un excesivo control sobre la alimentación y por ende sobre la persona misma (= pensamientos, sentimientos y creatividad). En este sentido, la obesidad representa una oposición inconsciente a la autoridad materna por sentirse abusado.

Sin embargo este es el rechazo del niño herido, y como adultos hemos de comenzar a crear nuestra vida desde el convencimiento que cada cual hace lo mejor que puede con las herramientas de que dispone.

La figura materna, paterna, o cualquier otra persona que haya influenciado en nuestra vida sobre todo en esa etapa infantil, lleva sus propios programas y con ellos su aprendizaje. Maestros todos porque así decidimos que lo fueran para nuestra evolución, necesarios por tanto para tomar conciencia de aquello que vinimos a aprender.

 

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Auto rechazo

La obesidad y el sobrepeso me pueden estar hablando del poco amor que siento por mí misma, sobre todo si durante la infancia se han vivido episodios de padres ausentes, separaciones, maltratos, abusos, etc. En este último caso, es posible que el miedo inconsciente provoque una negación a ser atractiva sexualmente, incluso hacia la pareja («no quiero que se me acerque«).

Estos síntomas también pueden estar suscitados, entre otros por:

  • Un contrato de fidelidad o lealtad inconsciente hacia uno o varios miembros del clan (= «yo como mamá«).
  • La necesidad infantil de complacer y obtener amor, reconocimiento o seguridad. Si mamá me ha dicho reiteradas veces «menuda carga tengo contigo«, yo voy a querer ser siempre la carga de mamá (porque puede más el deseo inconsciente de ser reconocida que la tristeza de sentirme rechazada), o, en su complementario, voy a cargar con mamá,
  • Creencias transgeneracionales, como puede ser, por ejemplo, un clan donde las mujeres hayan sido maltratadas y necesiten hacerse fuertes,
  • Cumplir con el mandato, inconsciente la mayoría de las veces, recibido a través del Proyecto Sentido Gestacional.

Necesito protegerme

Como hemos visto, las personas obesas suelen experimentar el miedo a sentirse desprotegidas. Simbólicamente las personas engordan con el fin de poner un escudo que las proteja de los demás, de alguna situación, o de algo traumático acaecido en su infancia. 

A menudo se trata de un conflicto de continuo peligro que se repite en el tiempo. Cuando esto sucede es porque no hemos resuelto alguna situación conflictual pasada, de tal manera que la vida la regresa una y otra vez con el fin de que sea sanada.

Y de nada sirve obviarla o no prestar atención, porque en tal caso con mayor intensidad la recibiremos. Fundamentalmente son conflictos de abandono y separación que aparecen de forma inesperada: «cuando estoy solo estoy en peligro«.

¿Para qué me sirve estar obeso?

La obesidad y el sobrepeso pueden derivar de un acúmulo de grasa, o de una retención excesiva de líquidos. En ningún caso guardan relación con la masa ósea o muscular ni por supuesto con el mayor volumen de algún órgano, sino que nos hablan del alimento y protección que no recibimos (= grasa), y del medio del que nos sentimos separados o excluidos (= agua).

Nuestro mundo externo (= cuerpo y experiencias existenciales) nos sirve como espejo de nuestro mundo interno (= pensamientos y emociones). En consecuencia, si yo tengo miedo de ser herida, o me siento vulnerable, o temo perder el amor de alguien, entre otras cosas, las células de mi cuerpo retendrán grasa y/o agua como solución al estrés que vivo a nivel psicoemocional.

El hecho que determina que la respuesta del cuerpo sea una u otra, depende de cómo se viva la situación conflictiva, y mientras que en la acumulación de líquidos se engorda de una manera rápida, la obesidad por acumulación de grasa lo hace de forma progresiva.

Acumulación de grasa

Nuestro cuerpo utiliza la grasa como protección («¡no puedo más con sus insultos!«), como reserva de energía que nos prepara para el ataque o la huida («¡de hoy no pasa!»), como fuente del calor que nos faltano tengo a nadie a mi lado que me abrace«), y como refuerzo para construirnos física y mentalmente.

Las causas que dan origen a la obesidad y al sobrepeso son numerosas. La persona obesa no está expuesta únicamente a una situación de estrés, sino a múltiples conflictos derivados de su particular manera de vivir cada experiencia, en base a los programas heredados de su árbol genealógico.

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Conflictos
  • Resistencia: «¿dónde voy a ir a mis años?«.
  • Protección física, miedo a ser depredado: «he de protegerme ante esta agresión«, «cuánto más grande mejor«. Si además le sumáramos la sensación de estar en peligro constante, tendríamos implicada la vista (= miedo frontal, «el predador está en casa»), y la glándula tiroides como reguladora del reloj biológico («¿podré escapar a tiempo?«).
  • Protección térmica: «como no recibo suficiente calor (=amor) necesito guardarlo en mi interior«.
  • Necesidad de reconocimiento: «¡nadie me ve!«.
  • Abandono: «me siento solo», «estoy en peligro».
  • De silueta. Este conflicto de desvalorización conduce a una cronificación del síntoma, debido al auto reproche que se infringe la persona cada vez que se mira en el espejo: «estoy horroroso«, «me doy asco«. 
  • Impotencia / Desvalorización: «por más que hago no consigo mi propósito«, «¡estos kilos me perseguirán toda la vida!».
  • Carencia: «guardo reservas por si me falta» (tanto materiales como afectivas).
  • Desgana por vivir: «desde que falta mi madre he perdido toda ilusión por la vida«.
  • Miedo al rechazo: «me han dejado de lado«, «quedaron todos y a mí no me llamaron«.
  • Conflicto de seducción («la curvas son bonitas«) y de repulsión («estando gorda paso desapercibida«).
  • Incorporación. Ante una separación, muerte, aborto, etc. Es «¡quédate conmigo!«.
  • Frustración: «prefiero estar sola que mal acompañada«.
  • Maternidad: «quiero proteger a mi bebé«.
  • Conflicto del gemelo perdido.

Acumulación de líquido

Existe otro tipo de sobrepeso provocado por la retención de líquidos. El agua conforma la mayor parte de las células (en un 70%), además de ser nuestro primer referente (= líquido amniótico). 

Conflictos

Dependiendo del colorido e intensidad de la experiencia dramática, el conflicto se relaciona con:

  • Pérdida de referentes, estar en peligro: sentirse solo y abandonado. «Me han dejado atrás«, «mamá se ha ido«.
  • Sentirse como pez fuera del agua: estar de improviso fuera del ambiente o entorno, haber perdido los puntos de referencia (prófugo, refugiado, desarraigado). «He de dejar mi casa, mis amigos, mi familia«. Es habitual que suceda en los procesos de hospitalización: «hecho de menos mi casa«
  • Luchar por la existencia, por sobrevivir: también puede activarse esta insuficiencia renal cuando, por ejemplo, uno se siente incapaz de afrontar determinada situación. «Me quitaron mi casa, me quedé en la calle».
  • Derrumbe existencial: «mi vida se ha venido abajo«.
  • Pérdida de los medios de subsistencia: «he perdido mi trabajo, necesito retener estos líquidos» (= liquidez como sinónimo de dinero).
  • Sentirse perdido: «¿cuál es el rumbo que he de tomar en la vida?«.

El cerebro, ante tales circunstancias problemáticas, cierra los túbulos colectores del riñón a fin de conservar el agua (= medio acuático > referente).

El propio síntoma, sobrepeso u obesidad, genera en la persona un continuo estrés debido a la obsesión de eliminar esos kilos de más. Sin embargo, las dietas restrictivas que se lleven a cabo mientras los conflictos no estén resueltos, concluirán produciendo lo que se conoce como “efecto rebote o yo-yo”.

Tu morfología expresa el tipo de conflicto

Normalmente la grasa no tiende a acumularse en el 100% del cuerpo, sino que lo hace en zonas específicas. ¿En cuáles? En aquellas dónde «haya tenido que ser más fuerte o me haya sentido más vulnerable«.

¿No te parece maravilloso con qué exactitud se nos muestra la información? Esta es la guía para la lectura del tipo de conflicto que se ha vivido. Veamos:

 

 

Cuello

En el reino animal, hincar los colmillos en el cuello del otro puede significar salvar la vida en una lucha a muerte. Por lo tanto, la grasa en esta parte del cuerpo me mantiene a salvo del predador, puesto que a más grasa menos profundidad tendrá la mordida. Aquí hago un inciso para recordarte que la manera de entender el funcionamiento de nuestro cuerpo, es observándolo desde la más pura biología. La persona vive con mucho miedo y debe protegerse del peligro. «Vienes borracho/a… ¡¡no toques a los niños!«.

Hombros

Asumir una carga, acarrear con el peso de la familia. «Debo ser fuerte«. «llevo un gran peso sobre mis hombros«.

Brazos

Necesidad de ser más fuerte físicamente para hacer algo, o también sentir que se está en riesgo con lo que se está haciendo. En las manos sería la misma lectura, pero con una connotación de trabajo más delicado.

Pecho

Las mamas están relacionadas con el nido (= alimento). En este caso, la problemática se relaciona con los hijos, ya sean éstos reales o simbólicos. Vemos, por ejemplo, cómo en algunas mujeres su pecho aumenta en el momento que sus hijos se independizan. La mujer que siempre ha tenido pechos grandes ha de buscar su historia en el transgeneracional: hijos muertos, separaciones traumáticas, etc.

Cintura

Asiento del plexo solar, el yo pequeño. Vendría a ser como un rechazo hacia lo que uno mismo decide hacer. «No soy buena persona«.

Abdomen (la famosa barriguita)

  • En hombres puede reflejar sentirse excesivamente controlado por su pareja, y/o la represión de las emociones.
  • En mujeres trasluce una necesidad de proteger a los hijos, simular un embarazo y, sobre todo, fidelidad a los abortos (inducidos o espontáneos) en la historia personal y del árbol.
  • La barriga que cae tapa el sexo: «tengo que proteger mi sexo, o tengo que protegerme del sexo«.
  • También puede hacer referencia a «si me hago adulto estoy en peligro«. En el Transgeneracional buscaremos a niños rechazados, agraviados, sometidos, agredidos… una vez han llegado a la adolescencia.

Flancos

Protegerse de historias del pasado. «No quiero que esto llegue a sus oídos«.

Caderas (cartucheras)

  • En ocasiones tiene que ver con la prohibición de la expresión artística. Deseo de encubrir el talento creativo (= fuerza creadora). Averiguar en el árbol los secretos relacionados con el placer, y mayormente con el placer sexual. «No quiero sexo«, «mi vida sexual no es plena«.
  • Junto con la barriguita, se relaciona con la necesitad de guardar para cuando venga el bebé la mayoría de las ocasiones. En consulta he observado que es un rasgo frecuente en mujeres que siguen algún programa de fertilidad.

Glúteos

Atraer la atención del macho. Seducción. Necesidad de que me miren sexualmente.

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www.volviendoanacer.es | Obesidad, Conflictos biológicos y Resentir emocional

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Muslos

Normalmente se relaciona con temas sexuales (el engrosamiento de los abductores impiden el acceso al sexo), y también con un programa de no tener hijos (puesto que si no hay una cosa, difícilmente se puede dar la otra). 

Rodillas

Sentirse doblegado por algo o por alguien. Protección ante la autoridad. «Si no lo hago se enfadará conmigo«.

Pantorrillas

Querer hacer algo y no sentirse lo suficientemente preparado. Miedo a pegar el salto. «No tengo el impulso suficiente para conseguir, decir, hacer esto que quiero, o también para salir, escapar de algo o de alguien«.

Tobillos

Ir por el camino equivocado. «Me casé para toda la vida«. (¿Quieres saber más sobre los conflictos biológicos y el origen emocional de los síntomas en los tobillos?).

Grasa generalizada

Normalmente pone de manifiesto un abuso sexual. Por una parte, porque inconscientemente se ha vinculado la delgadez con la belleza y a ésta con la agresión, por lo tanto la solución para estar a salvo pasa por engordar. «No quiero ser atractiva«, «si soy delgada estoy en peligro«.

Es también una manera de engañar al otro, «soy más grande > soy más fuerte«, imagina a los osos cuando para impresionar se quedan a dos patas, además de los conflictos ya detallados de cubrir el sexo, impedir llegar a él, etc.

Auto detección de la fase de estrés

En la obesidad y el sobrepeso detectamos una primera fase de la enfermedad, conocida como fase fría o de estrés, y una segunda fase llamada caliente o de resolución de conflicto. Normalmente la persona obesa sale y entra repetidamente en el conflicto.

Existen alguno signos corporales que nos sirven para detectar si nos hallamos en un estadío emocional alterado (= primera fase), que tenga como consecuencia el aumento de grasa o líquido en el cuerpo.

Signos corporales

  • Cansancio matinal.
  • Desmotivación en emprender las acciones cotidianas.
  • Trastornos del sueño.
  • Disminución o ausencia total de movilidad, tanto física como mental.
  • Enfriamiento de manos y pies.
  • Irritabilidad y nerviosismo frecuente.
  • Falta de apetito unida a una necesidad de consumir ciertos estimulantes:
    • Cuando se trata de azúcares, refleja el deseo inconsciente de recibir más dulzura, así como la búsqueda de mamá o la persona que haya desempeñado el rol materno.
    • Por otro lado, los alimentos salados nos conducen a un conflicto con el padre o la persona que haya gestionado el rol paterno.

Un dato más que nos revela la sorprendente funcionabilidad de nuestro inconsciente, es que prácticamente en el 100% de los casos, comprobado personalmente en mis consultas, el número de kilos coincide con una edad particular en la que se vivió un episodio dramático: muerte de un ser querido, enfermedad, abuso, accidente, etc, incluso situaciones aparentemente inofensivas, como pudo ser un cambio de colegio.

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Memorias celulares

Es conveniente que indagues en tu Transgeneracional, por cuanto descubras de la relación que guarda este síntoma con la situación vivida por tus ancestros (memorias de hambre, abandono, abuso, pérdida económica…). Ten en cuenta que a pesar de que esta sea su manera de demostrarte su amor, ahora es momento de que seas tú quién se haga cargo de tu vida. Este síntoma encubre los secretos que te hacen proclive a vivir esta experiencia… pero también los recursos inherentes para solucionarla.

Las experiencias infantiles, sean o no recordadas, también dejan rastro en lo que posteriormente puede terminar expresándose con este síntoma. Y por último, averigua todo lo posible sobre tu Proyecto Sentido Gestacional: ¿qué deseaban tus padres consciente o inconscientemente cuando te concibieron?, ¿qué sucedió en la familia mientras estabas en la barriga de mamá?

Ejemplos de Proyecto Sentido Gestacional

Algunos son bastante significativos en consonancia con el tema que hoy nos ocupa:

  • Plan de pensiones para la vejez: Normalmente recae en el hijo/a menor. Son hijos que no se esperan y para los que este mandato supone sobre todo, desarrollar grandes y fuertes hombros y espalda con el que hacerse cargo de sus progenitores.
  • Hijo saludable: Todavía en la actualidad se mantiene la creencia de que un niño rollizo es sinónimo de salud así como la delgadez lo es de fragilidad. Todavía en la actualidad se mantiene la creencia de que un niño rollizo es sinónimo de salud y la delgadez de fragilidad. Esto se hace más imperioso si con anterioridad los hijos nacidos del matrimonio han sufrido enfermedades o han fallecido.
  • Pilar de la familia: Ante la ausencia de algún progenitor (normalmente el padre), el hijo/a es deseado con el fin de aliviar el sufrimiento (tristeza, soledad, miedo…) del otro. Para ser el pilar necesita tener una estructura robusta que aporte el sostén que se espera de él.
  • No deseado, o deseado de sexo opuesto: En estos casos el inconsciente puede reaccionar agrandando la corporalidad con el fin de ser visto (“¡estoy aquí!, ¡existo!”). De la misma manera, el niño que nace en una familia con muchos hijos, puede hacerse grande como solución biológica de tomar el espacio que le corresponde, o acusar una delgadez extrema para sentirse incluido en la familia (= necesidad de pertenencia).

A tener en cuenta

  • La obesidad te está protegiendo de algo o de alguien con el que te sientes en peligro; se trata de la mejor solución que ha encontrado tu cerebro, con el fin de sobrellevar el conflicto en tanto en cuanto tú puedas resolverlo.
  • A lo que se resiste, persiste. Deja de luchar contra la obesidad, porque lo que haces con ello es combatir contra tu propio cerebro. Si él te ofrece la mejor solución y esto te produce rechazo (= estrés), simplemente aumentará la dosis (= más kilos).
  • De nada sirve forzar los mecanismos biológicos de protección, puesto que éstos se mantendrán mientras sean necesarios: esto es hasta que se tome conciencia del motivo por el cual necesitamos protegernos. Existen otros medios, tal como el acompañamiento profesional, que te conducirá de una forma más grata a su resolución.
  • Lo que realmente engorda, más que el alimento en sí, son los remordimientos, es decir, tu propio juicio por el alimento que estás comiendo o que te imaginas comer: Si tú crees que te engorda ten seguro que lo hará. Creer es crear.

Reflexiones

Responde a estas preguntas honestamente. Quédate con la primera respuesta que venga a tu mente, que es la que proviene de tu inconsciente:

  • ¿Expresas tus emociones, lo que realmente sientes?
  • ¿Para qué necesitas la grasa o el líquido en esta parte específica de tu cuerpo?
  • ¿Qué es lo que en realidad estás acumulando y con qué finalidad?
  • ¿A qué tienes miedo? ¿De quién te proteges?
  • ¿Qué deseas ocultar tras la grasa?
  • ¿Con quién guardas parecido estando obesa?
  • ¿Qué es lo que el sobrepeso te impide hacer? o ¿Qué harías de no tener sobrepeso?
  • ¿Te sientes agredida por algo o por alguien?
  • ¿Necesitas ser visto por mamá / papá?
  • ¿Qué es lo que se espera de ti?
  • ¿Te consideras una persona con valía?
  • ¿Has tenido suficiente espacio para crecer entre tus hermanos?
  • ¿Te sientes amada y respetada por tu pareja?
  • ¿Pretendes saciar tu falta de amor con exceso de comida?

 

Sea como sea tu cuerpo, sin duda es el cuerpo perfecto.

Comparte, sembremos juntas conciencia.
Espero que esta lectura te haya servido
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4 comentarios en “Obesidad y Sobrepeso: Conflictos biológicos”

  1. Muy interesante, en un artículo leí de la psicomagia, ni entiendo aun eso de que para perder 20 kgs…omores carne para perros 20kgs. y camines 20 kilómetros. No entiendo y pues si alguien profesional me lo pudiera explicar y si es efectivo. Se puede ssusutuir la carne por otra cosa aquí una libra de carne vale como $ 5 dólares. Imagínate como 40 libras… gracias

    1. Hola Elisabeth, me gusta trabajar con la psicomagia y en mis consultas en ocasiones la aplico, pero nunca escuché esto que tú me dices. Ante todo has de recordar que tu cuerpo está hablándote de un conflicto que a nivel psicoemocional no está resuelto, por lo tanto yo te animaría a empezar por aquí, siendo honesta contigo misma y mirar cuáles de los conflictos que expongo en el artículo te resuena que puedas estar viviendo con el fin de sanarlo. Un abrazo 🙂

  2. Beatriz Infante

    Me parece muy interesante, nunca imaginé que la obesidad tuviera esas causas. Gracias por la información.

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